Restringen el trabajo en los lugares equivocados, dicen dueños de restaurantes
Ante la orden del condado de Los Ángeles de servir solo para llevar, restauranteros expresan su inconformidad y preocupación.
Este fin de semana Iveth Hernández acababa de comprar más plantas y decoraciones para la carpa que instaló afuera de su restaurante en la ciudad de Carson. Ella quería hacer más placentera la visita de sus clientes a su restaurante El Pollo Peruano, pero siempre siguiendo los protocolos del Departamento de Salud Pública (DPH) del condado de Los Ángeles.
Lo que poco imaginaba es que este lunes despertaría con la noticia de que a partir del miércoles no podrá servir comida en las mesas de afuera de su restaurante.
El DPH anunció el domingo que la Orden del Oficial de Salud del Condado de Los Ángeles se modificará para restringir las comidas en restaurantes, cervecerías, bodegas y bares debido a que por cinco días consecutivos se han reportado más de 4,000 casos positivos del COVID-19. El promedio de cinco días es de 4,097 nuevos casos.
Para reducir la posibilidad de hacinamiento y la posibilidad de exposición en entornos donde las personas no se cubren la cara, los restaurantes, cervecerías, bodegas y bares sólo podrán ofrecer servicios de comida para llevar (drive thru) y entrega a domicilio, indicó el DPH. No se permitirá cenar en persona, como mínimo, durante las próximas tres semanas.
La orden modificada entrará en vigencia el miércoles 25 de noviembre a las 10:00 p.m.
Hernández dijo estar muy triste ya que ella sintió que apenas comenzaba a levantar su negocio que estuvo casi en la quiebra de marzo a junio. Incluso recientemente contrató nuevamente a sus siete empleados. Cuando comenzó la pandemia tuvo que dejar ir a varios debido a que las ventas no eran suficientes para pagarles.
La dueña del restaurante explicó que poner los seis sets de mesas, sillas y la carpa afuera le ha costado alrededor de $2,000.
“Tan solo en la carpa fueron $800 que le caben tres mesas”, dijo Hernández. “Aparte compré los tres calentones, plantas, pesas para la carpa, adornos, extensiones y las macetas. También pongo música afuera para atraer la clientela”.
Pese a que las ventas estaban mejorando un poco los gastos también aumentaron. No solo por las compras extras que tuvo que hacer, sino por los gastos de utilidades. Ella dijo que el uso de electricidad afuera se está haciendo ver en sus recibos cada mes.
“Apenas tuve que pagar mi permiso de salubridad de $1,300 y luego el permiso de la ciudad de $400. Ahí no perdonan nada ni nos dan tiempo extra”, aseveró Hernández.
Ella dijo que la ciudad de Carson ha ofrecido ayuda monetaria a los pequeños negocios, pero es por medio de sorteos y ella no ha recibido nada.
“Y al gobernador no le importa nada de eso”, dijo Hernández frustrada.
Otra dueña de restaurante que recibió las malas noticias de que no podrá servir comida en sus mesas por las próximas tres semanas es Ledy Oseguera, propietaria de Ledy’s Restaurant en North Hollywood.
Ella dijo que este 25 de noviembre va a recibir una carpa que recientemente compró por $560 porque tenía planeado instalarla en caso de que llueva. Inicialmente había gastado $400 solamente en los cinco sets de mesas y sillas que puso afuera.
“Y ahora para que me digan que siempre no, está muy mal. La vez pasada cuando nos cerraron me puse muy deprimida y no puedo creer que lo hagan nuevamente”, dijo Oseguera.
Ella dijo que si los siguen regulando de esta forma muchos restaurantes, incluyendo el de ella, van a tener que cerrar sus puertas para siempre.
“A la gente no le gusta comprar comida para llevar, ellos quieren comer aquí”, dijo Oseguera
Otros grupos deberían de ser regulados
Varios dueños de restaurantes han mostrado su frustración ante las estrictas regulaciones que reciben por parte del DPH, mientras que los vendedores de comida en la calle aumentan.
“Ya siento que me voy a poner a vender en la calle también porque a ellos no les hacen nada y a nosotros nos cierran y nos dejan sin trabajo”, dijo Oseguera asegurando que no tiene nada en contra de los vendedores ambulantes, pero si en la parcialidad que tienen las autoridades al regular sólo ciertos negocios.
Enfatizó que desde que comenzó la pandemia ha visto el aumento de vendedores de comida en las banquetas, como taqueros, que tienen largas líneas de clientes y que en muchas ocasiones no siguen los protocolos de sanidad para evitar el contagio.
El DPH respondió que la venta de alimentos sin permiso no es una actividad permitida de conformidad con el Código de Salud y Seguridad de California y, que las instalaciones móviles de alimentos no pueden tener asientos. Se expresó que se hará una investigación más a fondo de estos casos.
Otra preocupación son las fiestas dentro de casas y las líneas dentro de los supermercados que se alargan cada vez más y tampoco hay regulaciones.
“¿Por qué no mandan a las autoridades a las casas donde siempre están teniendo fiestas?”, cuestionó Hernández. “Esos son los lugares donde comienzan estos problemas. Nosotros seguimos todas las reglas porque no quiero enfermarme ni enfermar a mis empleados o clientes”.
El sheriff Alex Villanueva indicó la semana pasada que están consientes de las ordenes que se han emitido para quedarse en casa, usar el cubre bocas y no realizar reuniones masivas. Sin embargo, aseguró que el Departamento del Sheriff del Condado de Los Ángeles (LACSD) se está enfocando en la educación y el cumplimiento voluntario, siendo las medidas de ejecución penal un último recurso extremo.
“Confiamos en la comunidad y dependemos de las personas para evaluar los riesgos y tomar las precauciones necesarias”, dijo el sheriff Villanueva en un Tweet.
El DPH indicó que la restricción de los restaurantes se podría alargar dependiendo de los números de contagios. La orden pudiera llegar a permitir solamente la salida de sus hogares a trabajadores esenciales, de emergencia y aquellos que obtengan servicios esenciales.
Para el domingo se reportaron 2,718 personas con COVID-19 hospitalizadas y 1,401 personas se encuentran en la unidad de cuidados intensivos. Durante los últimos 7 días, el número de pacientes hospitalizados aumentó en casi un 35%.