Los Lozoya, ¿mafia familiar o cosa de uno?
Los Lozoya asoman en las investigaciones oficiales y en el imaginario colectivo como una especie de “Cosa Nostra" a la mexicana
MEXICO.- El padre no ha dicho ni pío y para la opinión pública actual es un desconocido ; la madre, más allá de que es una abuela rica que paseaba en Europa con los nietos, se sabe lo básico en un escándalo de corrupción. La hermana está prófuga de la justicia igual que la esposa, ambas en la mira de las investigaciones de la Fiscalía General de la República (FGR).
Los Lozoya asoman en las investigaciones oficiales y en el imaginario colectivo como una especie de “Cosa Nostra” a la mexicana, como una mafia que se mueve en operaciones ilícitas con la complicidad de la sangre, del parentesco, pero el a actor principal en las acusaciones por lavado de dinero, asociación delictuosa, sobornos, corrupción y otros delitos es Emilio Lozoya Austin, ex director de Petróleos Mexicanos durante el sexenio de Enrique Peña Nieto.
El ex funcionario, otrora promesa de cambio positivo para el país, fue extraditado desde España en julio pasado con el acuerdo de colaborar con la fiscalía en la investigación en su contra y contra quien resulte responsable por presuntos sobornos de la empresa Oderbrecht, la petrolera trasnacional que logró así contratos de la paraestatal Pemex.
Desde entonces, Lozoya Austin ha salpicado con sus declaraciones oficiales a unos cuantos correligionarios como el ex legislador Luis Videgaray —mano derecha de Peña durante su mandato—, y se ha destacado por la defensa a su única hermana Gilda Susana Lozoya, de 29 años, sobre quien un juez liberó en octubre pasado una orden de aprehensión por asociación delictuosa y lavado de dinero.
En una declaración ampliada ante la FGR, Emilio Lozoya Austin, intentó deslindarla del escándalo y dijo que cuenta con un documento que acredita que ella no tuvo ganancias con los recursos de Odebrecht, no lavó dinero ni se asoció para delinquir.
“No recibió pago alguno siendo beneficiaria”, dijo sobre sobre las empresas que aparentemente triangularon recursos para financiar la campaña de Peña Nieto en 2012 y sumar dinero a los bolsillos de los Lozoya.
La FGR dice que, entre junio y noviembre de 2012, se transfirieron tres millones de dólares desde la empresa Altos Hornos de México a la cuenta de otra compañía fundada en el paraíso fiscal de las Islas Vírgenes propiedad de Gilda Susana. Ese dinero se habría utilizado para la compra de una casa en en la colonia Lomas de Bezares, una zona de lujo en la Ciudad de México.
Sobre las presuntas transacciones de su madre, el ex director de Pemex no ha dicho nada públicamente a pesar de que la detención de ésta hace más de un año en Alemania sirvió como mecanismo de presión.
La autoridad argumenta que Gilda Margarita Austin y Solís, de 71 años, recibió el 22 de noviembre de 2012, de la empresa Tochos Holdings Limited, ligada a la familia Lozoya, 185 mil dólares a una cuenta del banco BBVA Bancomer, a nombre de su hijo.
Parte de esos recursos supuestamente los utilizó Marielle Helene Eckes, esposa de Lozoya para comprar una residencia en Ixtapa, Guerrero, en un millón 900,000 dólares.
«En México tiene que haber voluntad política para que proceda la justicia y más aún por el delito por corrupción donde los gobiernos antecesores pactan con sucesores para la impunidad», dice Javier Romero, politólogo de la Universidad Autónoma Metropolitana.
“De alguna manera López Obrador rompió con eso, pero lo hace con cálculos políticos, dosificando los casos a su conveniencia, y hay much conveniencia de que esté involucrada la familia porque representa el caso de muchos otros funcionarios y ex funcionarios. Es una forma de meter miedo”
QUIEN ES QUIEN
Gilda Margarita la pasaba muy bien en el verano de 2019. Estaba de paseo con un nieto cuando la detuvo la Interpool y la envió para México en colaboración con las autoridades mexicanas que la requirieron. Su abogado dijo que estaría seis meses bajo prisión domiciliaria por estar viejita y colaboraría desde su casa al sur de la ciudad.
Fue lo último que se supo de la mujer de Emilio José Lozoya Thalmann después de estudiar en la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México y acercarse a un círculo de amigos que más tarde le traería beneficios.
El analista político del Colegio de México Alberto Barranco dice que el padre del ex director de Pemex fue compañero de clases de Carlos Salinas de Gortari, Manuel Camacho Solís y José Francisco Ruiz Massieu.
Esta generación de priistas que cambiaron el rumbo de la historia de México al meter al país en el Tratado de Libre Comercio con América del Norte (antecesor del T-MEC) al hacerlo parte de una de las potencias comerciales del mundo al son acusados a la par de perfeccionar los sistemas de corrupción en el país.
“De la coincidencia de estudiantes, nació una sólida amistad que se traduciría en la participación de Lozoya en el gobierno presidencial de Salinas de 1988 a 1994, en donde se desempeñó como director general del ISSSTE (Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado) y después como secretario de Energía, Minas e Industria Paraestatal”, detalló.
Emilio Lozoya Thalmann estudió Administración de Empresas y Administración Pública en la Universidad de Columbia y en la Universidad de Harvard y hubiera crecido más públicamente de no ser por el distanciamiento de Salinas de Gortari que, según Barranco, se pudo dar por la decisión del entonces presidente de vender al capital japonés la refinería ubicada en Salina Cruz, Oaxaca, o por la pretensión de abrir al capital privado nacional y extranjero la posibilidad de generación eléctrica.
Como sea, su hijo pudo colarse 18 años después en el mismo círculo de poder del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que buscaba dar la imagen de un rostro renovado aunque, en los hechos, finalmente se corrompió.
Por los escándalos de Emilio Lozoya Austin, hoy Emilio Lozoya Thalmann tiene un amparo, un recurso legal para evitar ser detenido.
El abuelo, un médico militar reconocido por sus trabajos en pediatría, no había llegado tan lejos: sólo gobernador provisional de Chihuahua durante un año (entre1955 a 1956); la esposa del nieto, tampoco: Marielle Helen Eckes pasó de ser hija privilegiada a una fugitiva y así lo tituló el publicó el diario alemán Süddeutsche Zeitung.
“Los investigadores indagan si Eckes y su esposo pudieron haber escondido dinero de los sobornos de México en Alemania o si al menos lo canalizaron a través de Alemania”.
La familia de la mujer es propietaria del Grupo Eckes-Granini Deutschland, líder en producción y venta de jugos de frutas procesados en Europa. La compañía fue fundada en 1857 en el municipio alemán Nieder-Olm, en Renania-Palatinado, informa su página oficial; tiene más de 1,700 empleados y generó ventas por 921 millones de euros en 2019.
¿ES EL SISTEMA?
El uso de esposas, padres, madres, tíos, primos y todo tipo de parientes como “prestanombres”, testaferros o socios para actos de corrupción no es nuevo en el sistema político mexicano. Ha sido denunciado y confirmado en múltiples casos como el del ex gobernador César Duarte; otros, quedan impunes o en el aire, bajo sospechas, como pasó con el ex fiscal Jesús Murillo.
Los hijos, sobrinos y parientes políticos de Murillo fundaron tres empresas para venderle al gobierno y en tres años (de 2010 al 2013) pasaron de no tener ni una sola obra pública a tener 36 contratos por adjudicación directa.
Todo ello lo documentó la organización Mexicanos contra la Corrupción que en esos tiempos promovía leyes para que los funcionarios y sus familiares hicieran sus declaraciones patrimoniales, fiscales y de intereses. Finalmente se aprobó en el legislativo de manera muy mediocre: sin obligatoriedad y excluyendo las declaraciones patrimoniales de parientes.
“Aún hay una deuda con los mexicanos en el tema de transparencia y corrupción”, dijo Juan Pardinaz, entonces presidente del Instituto Mexicano para la Competitividad, otra organización que empujó la Ley 3 de 3 y hoy director de Reforma, el diario nacional que ha documentado nepotismo en algunas áreas de la administración de AMLO.
Así que el asunto de la corrupción sigue siendo un asunto de “Cosa Nostra”.
Si uno de ellos quiere y puede como se dice de los Lozoya.
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