Las causas de accidentes de tránsito más comunes y letales en Estados Unidos

Conducir en Estados Unidos no es un privilegio que deba tomarse a la ligera. Las leyes son muy específicas al respecto y describen cuales situaciones ponen en peligro la seguridad de los conductores. Algunos organismos como el Departamento de Vehículos Motorizados (DMV) o la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA) —que ahora vigila a los fabricantes de vehículos autónomos o con sistemas de asistencia al conductor— también advierten sobre las prácticas más peligrosas que derivan en consecuencias lamentables:

1. Conducción distraída:

Una de las causas de accidentes más comunes, incluso en los conductores más responsables. Se hace presente en todo momento, a través de cualquier gesto o acción que aleje la mirada del camino o las manos del volante. Algunos conductores también la ponen en práctica, sin darse cuenta, al manipular los controles del auto, comer mientras conducen o cuando conversan con un acompañante. La conducción distraída, además, está relacionada con el uso de teléfonos inteligentes, una práctica que es ilegal en todo el país porque representa una de las más letales para quienes conducen.

2. Clima:

Es un factor que no se puede controlar, pero que sí se puede considerar antes de conducir. Según sea el clima y sus manifestaciones, la visibilidad podría verse afectada, también las capacidades del auto. De ese modo, el conductor corre un alto riesgo de perder el control total del vehículo, aumentando las probabilidades de involucrarse en una colisión y salir herido o causar su muerte. Algunos expertos consideran que servirse de los pronósticos del día podría ser una de las estrategias más seguras en estos casos.

3. Cansancio/ Somnolencia:

Conducir exige que los reflejos del conductor estén en pleno funcionamiento y esto es imposible cuando hay agotados o somnolencia. Estos dos estados pueden ser realmente peligrosos para quienes conducen porque limitan las posibles reacciones rápidas que puedan ser necesarias en cualquier momento. En estos casos, lo más recomendable es detenerse en una zona segura y descansar hasta sentirse lo suficientemente despierto como para seguir.

4. Conducir bajo la influencia de drogas o alcohol (DUI):

Al igual que la anterior, conducir bajo la influencia de cualquier sustancia que limite los reflejos puede aumentar las posibilidades de un accidente de tránsito. Tanto el alcohol como las drogas reducen la respuesta de los sentidos al mínimo y pueden derivar en la pérdida de conocimiento. Al igual que el uso del teléfono, conducir bajo estos estados es penado por las autoridades y está sujeto a pago de multas muy altas e incluso al cumplimiento de penas en prisión.

5. Conducción imprudente:

Se hace presente cuando el conductor hace caso omiso de las reglas y los límites de velocidad. También cuando tiene el mal hábito de no ceder el paso, de no parar en señales de alto o de no hacer uso de las luces de cruce u otras señales que contribuyan con la seguridad en las carreteras. Los conductores imprudentes, normalmente, están conscientes de lo que hacen, así que este tipo de práctica está asociada a una manera temeraria de actuar. También es una práctica que se asocia a otros problemas como la furia vial, la cual es evidente en ciertas actitudes iracundas que presentan estos individuos.

Tanto la conducción imprudente, como la conducción distraída y la conducción bajo los efectos de alcohol o drogas son delitos penados en Estados Unidos y, muchas veces, las autoridades imponen multas y sanciones, pero también obligan a los conductores a asistir a una escuela de tráfico o curso de conducción defensiva para mejorar su historial de conducción. A pesar de que esto último sea una gran opción, no todas las personas son elegibles para tal beneficio, todo dependerá de la gravedad de sus acciones.

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