Cómo saber qué tipo de aceite usa un motor a gasolina

Para saber cuál es el tipo de aceite de motor que usa tu auto no debes llevar a cabo ningún complejo proceso compuesto con varios pasos a seguir, solo debes hacer algo extremadamente sencillo para obtener una respuesta rápida: consultar el manual de usuario. Este recurso es esencial aclarar esta duda y muchísimas otras que tienen que ver con el funcionamiento o el mantenimiento del vehículo. En él encontrarás el valor exacto de viscosidad que debe tener el aceite para el motor, un valor que ya ha sido fijado por el fabricante basándose en los estándares de la SAE (Sociedad de Ingenieros Automotrices).

Este valor está representado siempre con dos cifras separadas por una W (que significa “winter”, en referencia al invierno). La primera cifra delata la viscosidad del aceite cuando el motor está en frío y la segunda representa el grado de viscosidad que alcanzará una vez que el motor esté completamente caliente. Según Repsol, la SAE ha aprobado 11 tipos de aceite de motor que van de 0 a 60 en cuanto a viscosidad.

Cuando no se tiene un manual de usuario a la mano, existen otras formas de dar con el tipo de aceite que usa un determinado vehículo:

1. Consultar directamente con el concesionario, algún centro especializado o incluso el mismo fabricante. Googlear nuestra duda también puede ser de gran utilidad, ya que a menudo otras personas han hecho la misma consulta aumentando la probabilidad de que haya sido aclarada en varias páginas web o foros en línea.

2. Observar detenidamente lo que rodea al motor, sobre todo el área cercana a la cerradura del capó. Algunos fabricantes disponen toda la información relacionada con los fluidos que necesita el auto en esa zona, usando stickers o etiquetas destinadas al conductor o a los expertos que entren en contacto con el vehículo.

Para una mayor eficiencia y vida útil del motor, es recomendable hacer un cambio de aceite según sean las especificaciones del fabricante al respecto, ya que el aceite de motor no es un fluido eterno. Cuando está nuevo, tiende a ser muy claro y transparente y conforme se usa se torna turbio y oscuro debido a toda la suciedad que acumula y a todo el calor al cual está sometido. Cuando alcanza este punto, es necesario sustituirlo para no causar daños en el motor ni aumentar las emisiones contaminantes.

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