Dieta basada en plantas provocaría más flatulencias y heces más grandes en hombres

Las dietas basadas en plantas como la dieta mediterránea producen más flatulencias, mayormente inodoras (no olorosas), debido al trabajo realizado por las bacterias buenas que se encuentran en el intestino

Plato con vegetales

Con una dieta rica en plantas, las bacterias fermentadoras de fibra se vuelven más abundantes. Crédito: Polina Tankilevitch | Pexels

Las dietas basadas en plantas se han asociado a un riesgo de incidentes de enfermedad cardíovascular, son favorables para la salud del cerebro e incluso pueden favorecer la función sexual en hombres. Esta alimentación también promueve las bacterias intestinales saludables por lo que también pueden ocasionar más flatulencias y heces más voluminosas.

En un estudio publicado en la revista Nutrients, se encontró que en comparación con una dieta occidental, la dieta mediterránea se asoció con un mayor número de gases anales, así como el peso y volumen de las heces.

Los hombres que participaron en el estudio siguieron una dieta mediterránea y una dieta occidental por periodos de dos semanas, cada dieta se administró durante 2 semanas precedida por una dieta de lavado de 2 semanas.

Los participantes recolectaron y pesaron sus propias heces usando balanzas digitales y encontraron que producían alrededor de 200 gramos por día con la dieta vegetal, en comparación con los 100 gramos con la dieta occidental.

En cuanto a los gases, los hombres expulsaron un promedio de siete veces más flatulencias al día mientras seguían la dieta vegetal que cuando seguían la dieta occidental.

Los Institutos Nacionales de Salud señalan que es normal expulsar gases entre 13 y 21 veces al día. Los gases que se forman en nuestro interior son producto del trabajo que hacen las bacterias en el intestino grueso al descomponer alimentos que no se han digerido completamente en el intestino delgado, como sucede con algunos carbohidratos, azúcares, almidones y fibra.

Con una dieta rica en plantas, las bacterias fermentadoras de fibra se vuelven más abundantes. Las personas sanas toleran cambios en la dieta con modificaciones microbianas menores. Las mejores fuentes de fibra son los cereales integrales, las frutas y verduras frescas, las legumbres y las nueces.

La mayoría de los gases que promueven las plantas son inodoros (no olorosos). Las bacterias intestinales producen hidrógeno, metano y dióxido de carbono cuando fermentan la fibra vegetal.

El gas adquiere olor cuando pequeñas cantidades de hidrógeno, dióxido de carbono y metano se juntan con el sulfuro de hidrógeno y el amoníaco en el intestino grueso. El sulfuro de hidrógeno, que es un subproducto de la digestión de proteínas.

La Escuela de Salud Pública de Harvard señala que la fibra parece reducir el riesgo de desarrollar diversas afecciones, que incluyen enfermedades cardíacas, diabetes, enfermedad diverticular y estreñimiento.

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