Migrantes, ¿cómo evitar robos por parte de la familia en México?

Millones de indocumentados mexicanos que viven en Estados Unidos son víctimas de fraudes por abuso de confianza de los parientes que se encuentran en México.

Jachy Mop en su trabajo del día a día

Jachy Mop en su trabajo del día a día Crédito: Jachy Mop | Cortesía

MEXICO.- Jachy Mop es un migrante mexicano en Estados que perdió de un tirón 200,000 dólares y la confianza en su esposa con quien lleva casado más de dos décadas. “No debí meter a la familia ni confiar en mi suegro y cuñados para hacer una inversión en México”.

El dinero que soltó Jachy —quien se cambió de nombre por motivos personales— es el producto de toda una vida de trabajo en Estados Unidos y hoy, a sus 43 años, tuvo que empezar de cero, rentando, sin casa propia, defraudado y sólo con su voluntad para seguir con su labor en las yardas.

Quería volver a México para retirarse y por eso le atrajo la idea de invertir en ganado bovino en Sayula de Alemán, Veracruz, donde la familia política tiene un agostadero. “Soñaba que algún día regresaría y me dirían: aquí está el señor ganadero”, recuerda en entrevista con este diario.

Poco a poco invirtió su dinero en 100 cabezas que se reprodujeron rápidamente frente a los ojos de la suegra, quien hacía el papel de vigía y  le daba santo y seña del número de becerritos que iban naciendo, le mandaba fotos y cuentas y, en reciprocidad, él compensaba a la familia  con una cuota por la administración o les hacía préstamos de dinero que luego no pagaban. Y regalos.

La esposa de Jachy se encargaba en parte de las cuentas y él de proveer dinero para el hogar porque después de que tuvieron a su segundo hijo ella dejó de trabajar y se dedicó totalmente a su casa. De eso hace 16 años; el primogénito tiene ya 19. Nunca le pesó al padre ser el proveedor, dice

El robo se consolidó cuando murió la suegra en un accidente. “A partir de ese momento todo cambió ya no teníamos reporte del ganado que nacía o del que se vendía o se intercambiaba y poco a poco dejaron de contestar mis llamadas”. Los parientes simplemente cambiaron sus números telefónicos.

Un año después, un amigo de la familia  llamó a Jachy para comentarle que todo el ganado había sido vendido y le preguntó si estaba al tanto, si sabía del asunto. El habló con su esposa para indagar. “Todo está bien, son mis hermanos y los conozco: no nos defraudarían”, lo tranquilizó.

De eso hace cuatro años y siguen sin comunicarse. Ni los cuñados ni el suegro, a pesar de que ellos mismos han sido migrantes y saben los padecimientos para juntar el dinero bajo la lluvia y el sol de  la jardinería: el trabajo de Jachy. “Estoy desesperado: es el ahorro de 20 años”.

La falta de documentos de este trabajador en el estado de Atlanta le impedía  ir a México para hacer personalmente este tipo de trámites. Es una situación muy común entre millones de indocumentados mexicanos que viven en Estados Unidos.

Al no existir cifras oficiales o estudios extraoficiales del número de defraudados por sus propias familias el único dato es el cálculo de los propios migrantes: “En cada familia binacional hay por lo menos un caso de abuso de confianza con temas de dinero”, coinciden muchos.

Según testimonios como el de Jachy Mo,  la confianza a ciegas  y el desconocimiento de los procesos legales son el principal problema.

El veracruzano guardó pocos recibos de los depósitos a sus familiares políticos y con el paso del tiempo los papeles  comenzaron a desteñirse y actualmente no se puede ver ningún dato sobre a quién, cuánto y dónde se depositó. Además, tendría que documentar otras pruebas de que ese dinero era para el ganado. Y no las tiene.

“Todo lo que se compraba quedaba a nombre de mi suegro y cuñados”.

Pasos para evitar ser víctima

Antonio Aguilar, abogado en derecho civil en la Ciudad de México advierte que este tipo de fraudes por abuso de confianza de los parientes pueden evitarse muy fácilmente con un poder notarial.  “Esto se hace para que todo lo que se compre quede a nombre del migrante, de nadie más”, comenta.

El migrante puede hacerlo antes de irse. Asistir a un notario público y darle poder a alguien para que haga trámites oficiales en su nombre. Si no lo hizo puede asistir al consulado más cercano.

Un poder notarial es un documento a través del cual se autoriza a una persona para que, en su nombre y representación, realice diversos trámites administrativos y legales en México como comprar, vender, escriturar o administrar propiedades; retirar dinero y manejar cuentas bancarias; registro de menores, entre otros.

Hay cuatro tipos de poderes notariales.  El especial es para un fin específico que se otorga para que el apoderado represente al poderdante únicamente en lo que se autoriza de manera expresa en el mandato y se anula automáticamente una vez que se cumple con lo encomendado.

“El poder se puede restringir. Para que registre propiedades o haga compraventas o todo a la vez. O lo que quiera que haga el interesado”, detalla el abogado Aguilar.

El segundo tipo de poder notarial se llama “general” y puede ser para pleitos y cobranzas y  faculta al apoderado para representar al poderdante en juicios y efectuar cobros; actos de administración, para administrar bienes e intereses del mandante.

El poder notarial de actos de de cominio faculta al apoderado para hipotecar, donar, comprar o vender bienes del poderdante y el poder amplio sirve para los tres anteriores.

Para solicitar servicios notariales se requiere cita invariablemente, según requisitos de la Secretaría de Relaciones Exteriores para toda la red consular. El día agendado se entrega la solicitud completa con la información y la documentación necesaria. Los documentos se presentan en original y una copia simples por los dos lados.

Estos documentos son: identificación oficial vigente con fotografía, puede ser pasaporte, matricula consular, credencial para votar, licencia de conducir de México, licencia de conducir de Estados Unidos o una identificación del estado en donde se realice el trámite por parte del interesado.

Del apoderado se requiere también una identificación y acta de matrimonio en caso de bienes mancomunados.

Para el poder  “especial” referente a venta de propiedades, cesión de derechos, cambio de escrituras, hipotecas, cancelación de cuentas bancarias, o para poderes generales para actos de administración o de dominio, los solicitantes casados deberán venir acompañados de sus cónyuges, quienes también presentarán los requisitos enumerados arriba.

Si es referente a una propiedad deberá tener copia de las escrituras de propiedad con el domicilio completo (número de lote, manzana, número de casa, calle o avenida, colonia o fraccionamiento, municipio, estado y superficie total).

Para sucesiones o herencias (de padres, cónyuges o familiares) deberá proporcionar el nombre completo de la persona que falleció y el tipo de juicio (testamentario o intestamentario) que se llevará a cabo en México, especificando si será hasta la adjudicación o renuncia o venta de los derechos hereditarios. En caso de que ya este radicado el juicio, deberá especificar el número del expediente y el juzgado en donde se esté llevando a cabo el proceso.

Si el poder es para un divorcio, se requiere además de los requisitos mencionados arriba, el acta de matrimonio. Si se trata de bienes ejidales deberá presentar el Certificado Parcelario o el Título de Propiedad.

Para registro de un menor, se requiere de copia del certificado de alumbramiento, o si es para el reconocimiento, copia del acta de nacimiento ya existente. Para trámites bancarios o cajas populares deberá proporcionar el número y tipo de cuenta o de socio, así como el nombre completo del banco, ciudad y estado de la República Mexicana donde se encuentra la cuenta.

El día de la cita, el interesado deberá presentar todos los requisitos. Si se tiene duda con alguno de ellos, es necesario llamar al consulado.

Una vez que el funcionario consular determina que es procedente el poder notarial, se deberá realizar el pago de derechos, se procede a redactar el proyecto de poder, se imprime y firma.

“Cada consulado tiene tiene un abogado mexicano en sus instalaciones para hacer la carta poder o también puede ser redactado por un despacho privado”, explica Abath Ramírez, del despacho de Abogados Ramírez y Asociados en Georgia. “En ambos casos, la carta notarial debe ir Apostillado/Certificado por la corte del Estado donde se realizó”.

Límites y  descuidos

En el caso de  Jachy Mop, cuya familia vendió el hato de ganado, él bien pudo entregar un poder “específico” a sus cuñados o al suegro para que compraran  las vacas y toros  a su nombre, en lugar de darles el dinero directamente y permitir que las cabezas quedaran a nombre de otro.

“Quien hubiera tenido ese poder tendría que registrar ante la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural cada uno de los ejemplares adquiridos a nombre del migrante. Con ese registro, se otorga un código de propiedad y las crías de ese ganado quedan aretadas  con ese código”, explica Antonio Mendoza, ingeniero agrónomo y ganadero ex asesor de la Sagarpa.

“Hubiera sido imposible que se las robaran, por lo menos no de la forma en que hizo esa familia”.

El depósito directo a las cuentas personales de los cuñados o el suegro también pudo evitarse  porque cada día más bancos permiten la apertura de cuentas desde el exterior.

La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef)  avala algunas opciones para abrir una cuenta en México desde Estados Unidos vía internet o telefónica como las que ofrece CitiBanamex, BBVA Bancomer, Banco Autofin México (Mi Banco), Banco Azteca, Banregio, Compartamos y Bankaool.

La tarjeta de débito de uso nacional e internacional se envía a un domicilio en México y ésta se puede recibir por paquetería segura en EEUU para utilizarse en sucursales de allá, cajeros automáticos y establecimientos comerciales o para realizar operaciones de banca por internet.

Otra opción es el Banco del Bienestar. El gobierno de México anunció una serie de medidas para “bancarizar” a migrantes mexicanos en Estados Unidos y a sus familias, con el objetivo de reducir los costos y tiempos por transacciones de dólares en efectivo y mejorar el tipo de cambio por el envío de remesas.

El programa permite a migrantes mexicanos abrir cuentas de manera remota, por internet, en los consulados mexicanos, y recibir, ahí mismo, su tarjeta de débito, a través del Banco del Bienestar.

Las cuentas se pueden abrir también utilizando la matrícula o el pasaporte y al respecto hay orientación sobre el programa a través del Instituto de Mexicanos en el Exterior en las Ventanillas de Asesoría Financiera (VAF) de los consulados.

Demasiado tarde para Jachy Mop, quien no otorgó poder notarial ni abrió su propia cuenta, sino que depositó directo y por ello hoy está en una disyuntiva de vida: perdonar o separarse definitivamente de su esposa  porque su relación está muy deteriorada porque ella sigue justificando a la familia e incluso les da dinero.

“Para evitar pleitos, yo trabajo de seis a siete de la noche y me voy a hacer ejercicio para volver a casa cansado y verla lo menos posible”.

Elizabeth Aguilar Cruz es otro caso sin poder notarial. Su situación es hoy más compleja debido  a que ella tenía un desconocimiento total acerca de que los crédito de vivienda del gobierno a través del programa Infonavit no se puede transferir.

Elízabeth Aguilar observa uno de los documentos de Infonavit a los que tuvo acceso
Elízabeth Aguilar observa uno de los documentos de Infonavit a los que tuvo acceso (Foto cortesía Elízabeth Aguilar).

Sin embargo, su cuñada la convenció para que le prestara dinero,  sacar una casa a su propio nombre y prometió que después la traspasaría a Elízabeth, quien quería dejar un patrimonio a sus hijas en México después de que enviudó y emigró a Estados Unidos para tener un capital

Por eso accedió a darle sus ahorros e “invertir” en una casa en Reynosa, Tamaulipas.

Cuando deportaron a mi esposo y llegó a México para que le traspasara la casa, la hermana no quiso: se quedó con ella, le dimos  entre 15,000 y 20,000 dólares que ahorré trabajando en la limpieza de casas”, lamenta Elízabeth, quien hoy tiene 47 años. “Yo quería regresar a México cuando el hijo que tuve en EEUU cumpliera los 18: en dos años”.

Elízabeth sabe que no puede recuperar ese dinero: un abogado le pide al menos algunos recibos como pruebas y no los tiene. “Yo confiaba ciegamente y ahora cuento esta triste historia para que no le pase a otros: en temas de dinero, a nadie se le puede dar un cheque en blanco”

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