Vacuna contra la gripe: qué comer antes y después para favorecer su inmunidad
Una buena alimentación puede favorecer tu inmunidad y ayudar a que tu vacuna contra la gripe sea más eficaz. En cambio, una mala alimentación puede afectar la producción y la actividad de las células inmunitarias y los anticuerpos
La OMS recomienda consumir alimentos variados, incluidas frutas y verduras para favorecer al sistema inmunológico y cuidarte contra la gripe. Crédito: Trang Doan | Pexels
El sistema inmunológico está influenciado por muchos factores, uno de ellos es la dieta. Tu alimentación puede ayudar a que tu vacuna contra la gripe sea más eficaz.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) indican que la vacuna anual contra la influenza estacional es la mejor forma de protegerse contra la enfermedad. Si bien es posible que algunas personas vacunadas se enfermen, los estudios han demostrado que vacunarse puede reducir la gravedad de los síntomas de la influenza.
Qué comer para favorecer la inmunidad
No hay alimento o nutriente específico que fortalezca inmediatamente la inmunidad. La Escuela de Salud Pública de Harvard señala que para favorecer tus defensas requieres una alimentación equilibrada. “Una dieta que carece de uno o más nutrientes puede afectar la producción y la actividad de las células inmunitarias y los anticuerpos”.
La Organización Mundial de la Salud recomienda:
1. Consumir alimentos variados, incluidas frutas y verduras. Comer todos los días una combinación de cereales integrales como trigo, maíz o arroz; legumbres como lentejas o frijoles, verduras y frutas frescas y algún alimento de origen animal.
El pescado, las aves y los huevos son algunas opciones saludables de origen animal. Limita el consumo de carnes procesadas.
2. Reducir el consumo de sal. Cocina con poca sal, reduce el consumo de salsas y condimentos salados; si consumes alimentos enlatados opta por productos sin sal ni azúcar añadidas. Limita el consumo de sal a 5 gramos al día (equivalentes a una cucharadita).
3. Moderar el consumo de grasas y aceites. En lugar de cocinar con mantequilla o manteca, opta por aceites saludables como el aceite de oliva.
La OMS sugiere hervir los alimentos o cocinarlos al vapor en lugar de freírlos.
4. Limitar el consumo de azúcar. Limita los refrescos, jugos de fruta, bebidas energéticas, bebidas deportivas, aguas aromatizadas y otras bebidas azucaradas. Elige fruta fresca en lugar de dulces como galletas, pasteles y chocolate.
5. Mantenerse hidratado. El agua simple es la bebida más saludable, según la OMS.
Evita fumar y consumir bebidas alcohólicas
El consumo de alcohol es uno de los peores hábitos alimenticios que pueden afectar al sistema inmunológico. El alcohol socava la capacidad de tu cuerpo para hacer frente a enfermedades infecciosas, incluido COVID-19.
“El consumo excesivo de alcohol puede dificultar que su cuerpo resista las enfermedades, lo que aumenta el riesgo de contraer diversas enfermedades, especialmente neumonía”, señala Mayo Clinic.
Reduce la ingesta de alimentos altamente procesados
Harvard comparte que las dietas que consisten principalmente en alimentos ultraprocesados y carecen de alimentos mínimamente procesados, pueden afectar negativamente un sistema inmunológico saludable.
Qué más hacer para que la vacuna contra la gripe sea más eficaz:
Recibe la vacuna en el tiempo correcto
Los CDC señalan que septiembre y octubre son un buen momento para vacunarse contra la influenza. Lo ideal, es vacunarse a fines de octubre.
Si recibes la vacuna demasiado tarde, tu cuerpo podría no tener suficiente tiempo para desarrollar anticuerpos que te protejan. Las vacunas contra la influenza hacen que los anticuerpos se desarrollen en el cuerpo aproximadamente dos semanas después de la vacunación.
Duerme lo suficiente
Durante el sueño se libera un tipo de citocina que combate las infecciones; dormir muy poco reduce la cantidad de estas citocinas y otras células inmunes.
Controla el estrés mental
Harvard explica que el estrés libera cortisol que suprime la inflamación y la acción de los glóbulos blancos. Inicialmente se requiere inflamación para activar las células inmunitarias.
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