El “incorruptible” tras los dineros malhabidos de México

Pablo Gómez fue nombrado por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, como el nuevo titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, luego de que su antecesor, Santiago Nieto, se vio envuelto en un escándalo por su boda

Pablo Gómez fue nombrado por AMLO como el nuevo titular de la Unidad de Inteligencia Financiera.

Pablo Gómez fue nombrado por AMLO como el nuevo titular de la Unidad de Inteligencia Financiera. Crédito: Agencia Reforma

MEXICO.- De Pablo Gómez se ha dicho que es un extremista de izquierda, antiempresarial, con poca experiencia técnica para los tejes y manejas del complejo mundo de las finanzas locales y trasnacionales por donde se mueve el dinero sucio, pero ninguno de los críticos del nuevo titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), ha dudado de la calidad moral para el puesto.

 “Es un hombre íntegro, honesto, incorruptible, ¿tengo que decir más?”, atajó el presidente Andrés Manuel López Obrador cuando se le cuestionó sobre el perfil de Gómez quien saltó desde la Cámara de Senadores a la UIF, encargada de la persecución de los dineros malhabidos, bloquear cuentas sospechosas y documentar expedientes para llevar a prisión a delincuentes. 

Pablo Gómez (Ciudad de México, 1945) llegó al poder la semana pasada después del escándalo que terminó en la renuncia de su antecesor y popular director de la UIF, Santiago Nieto, envuelto en un escándalo contrario a las políticas de austeridad que promueve el gobierno de AMLO, quien lo mantenía en el cargo como una pieza clave en la batalla contra la corrupción desde 2018.

Santiago Nieto se fue a casar con la consejera electoral Karla Humphrey a la ciudad de Antigua, Guatemala, y puso en cuestión los principios del actual gobierno no sólo por los lujos de la fiesta sino porque en el contexto de la boda una de las invitadas mexicanas intentó introducir al país centroamericano 25 mil dólares en efectivo.

Paola Félix Díaz, secretaria de Turismo de la Ciudad de México, fue detenida el 5 de noviembre en el aeropuerto de Aurora, a donde había llegado en un vuelo privado acompañada del productor teatral Alejandro Gou Boy, a quien le dio por asignación directa un contrato para la realización del desfile de Día de Muertos por alrededor de 7.5 millones de dólares. 

“El reto que tiene ahora es que la UIF funcione y lo haga con la fuerza que requiera, pero despejando cualquier motivo de sospecha”, advirtió el analista político Julián Andrade.

De modo que, una de las primeras tareas de Gómez será aclarar lo que ocurrió en Guatemala. 

Carrera propia

De Pablo Gómez también se dice que tiene como ventaja una carrera propia tanto en el tema político como en el combate a la corrupción y es un activo comentarista que mantiene desde hace años una columna que comparte en su página web  y con diversos medios, en la cual, define sus posturas de apoyo al gobierno de AMLO aunque “crítico del Estado y de la Sociedad”.

Proambientalista y proabortista, antiimperialista, duro para regular las empresas, a favor de la legalización de la cannabis, Pablo Gómez tiene convicciones públicas muy definidas; entre éstas,  es defensor del control del estado de la energía y de la fiscalización de los dineros públicos y los contratos del gobierno con particulares.

Economista de profesión, graduado en la Universidad Nacional Autónoma de México, ha llevado a diversos foros —principalmente al congreso donde ha ocupado curules en diversas legislaturas por el Partido de la Revolución Democrática (PRD)— la crítica a decisiones del gobierno en diferentes etapas.

En 1985 estuvo en contra de la venta de diversas empresas del Estado a particulares en un proceso que marcó el arranque de los gobiernos neoliberales en el país; en 1996 publicó un libro en el que documentó el uso discrecional de dinero público en una partida conocida como Ramo 23  al que calificó como “la caja negra del presupuesto nacional”.

Dos años después, fue un duro opositor al rescate bancario conocido como Fobaproa por considerar que el fondo público sirvió para dar dinero a millonarios, un tema que el actual presidente mexicano ha tenido en la mira.

Para el 2002 presentó una denuncia penal en contra el presidente Vicente Fox y los integrantes de la asociación Amigos de Fox. Los acusó de delitos electorales, lavado de dinero y de violar la ley Federal contra la Delincuencia Organizada al ocultar el origen de los recursos con los que se financió la campaña presidencial del año 2000.

En otro de sus libros México 1988: Disputa por la presidencia y lucha parlamentaria, narra cómo se consolidó el fraude electoral de 1988 en favor del PRI y las reacciones en la Cámara de Diputados, una de sus tribunas en las que se ha dado voz a la corriente “de izquierdas” con la que se identifica desde 1968, cuando fue preso político.

La carrera política de Pablo Gómez despierta, por otro lado, suspicacias. Algunas voces como la del vicecoordinador de los diputados del PAN, Jorge Triana, consideran que puede volverse peligroso. “Es un perfil vengativo, con agenda de rencores personales y nada, nada técnico”.

En su defensa, el titular de la UIF dijo que su papel será también político: “La lucha contra el Estado corrupto no puede ser meramente técnica porque el objetivo es acabar con una forma de hacer política, de gobernar con la corrupción como elemento central de acción gubernamental”.

El analista Andrade agrega que una de la ventajas que tendrá el nuevo director de UIF es que éste no está peleado con el fiscal general de la República, Alejandro Hertz, pieza clave para la persecución de la corrupción (como sí lo estaba Santiago Nieto) y descarta rivalidades futuras porque Pablo Gómez no es abogado y no buscaría ese puesto.

Lo que sigue

El ex director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional, Guillermo Valdés, consideró que la llegada de Pablo Gómez debe de dar resultados más relevantes porque, a pesar de los logros de su antecesor, el caso es que hasta ahora “no hay políticos encarcelados por lavado de dinero”. 

La UIF es uno de los instrumentos más poderosos que tiene el gobierno para combatir el lavado de dinero. Entre septiembre de 2020 y junio de 2021, la UIF —subordinada a la Secretaría de Hacienda— bloqueó cuentas bancarias por más de siete millones de dólares, 1.4 millones de pesos y 10,000 euros por supuestos vínculos directos e indirectos con lavado de dinero, principalmente a los cárteles.

Entre los afectados están cárteles Jalisco Nueva Generación, los Caballeros Templarios, la Familia Michoacana, los Viagra, Cárteles Unidos y el Independiente identificado como una célula de “Los Beltrán Leyva”, entre otros.

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