El covid-19 les impidió decorar su casa por Navidad, pero un vecino se encargó de la tarea
Dale Marks tuvo un motivo de fuerza mayor para no poder cumplir con la tradición del vecindario de decorar su casa en Navidad. Sin embargo, su hogar no se quedó sin decoración: alguien más asumió la tarea y dejó a los habitantes del hogar con lágrimas de emoción en los ojos
Dale Marks tuvo un motivo de fuerza mayor para no poder cumplir con la tradición del vecindario de decorar su casa en Navidad. Tuvo dos derrames y un ataque cardíaco, graves complicaciones tras el covid que padeció. Sin embargo, su hogar no se quedó sin decoración: alguien más asumió la tarea y dejó a los habitantes del hogar con lágrimas de emoción en los ojos.
Dale y Julie Marks viven en Beaverdale, Des Moines, desde hace tres años. “Fue como un sueño hecho realidad comprar una casa aquí”, cita The Washington Post a la mujer, emocionada por ser parte de una comunidad que incluso atrae turistas por la tradición de contemplar las creativas decoraciones navideñas de los vecinos.
Además de sumarse a la iluminación, la pareja acostumbra habilitar un contenedor para recolectar donativos a entregar al banco de alimentos de Iowa, mismo que el año pasado reunió $7,500 dólares y 1,500 libras de alimentos.
Sin embargo, esta vez, la celebración pintaba para ser muy diferente. Ambos enfermaron de covid-19, pero el hombre se puso muy grave, a tal grado que las complicaciones a causa del virus le provocaron dos derrames cerebrales y un ataque al corazón.
El gesto de un grupo de vecinos
Bob Coffey, vecino de la pareja, entendió que la recuperación era prioritaria para los Marks en ese momento, así que decidió hacer honor a su apodo de ‘Bob el Constructor’ y ofreció su ayuda.
“Cuando me enteré de que necesitaban ayuda, supe que no tendría problemas para reunir un equipo de voluntarios”, dijo el hombre, que efectivamente reunió a un grupo y, herramientas en mano, lograron decorar la casa.
Julie dijo conmovida: “Fue increíble que hicieran esto por nosotros. Me dieron ganas de llorar”.
Dale, quien no puede hablar, ya está empezando a moverse sin ayuda de su caminador. Envió una nota en la que agradeció el gesto de sus vecinos: “Cuando me senté a observar, se me saltaron las lágrimas al ver a Bob y a todo su equipo terminar nuestras luces”.
El espectáculo en el vecindario, en el que todos participarán como es tradición, se prolongará hasta la Nochebuena. Incluye paseos en autobús para ver la decoración, mientras se cantan villancicos.
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