COVID: Las razones por las que no es buena idea contagiarse de Ómicron a propósito

Con el aumento de casos y por los síntomas más leves que presenta la variante Ómicron, en redes sociales usuarios recomiendan contagiarse del virus para no preocuparse más de la enfermedad

COVID: Las razones por las que no es buena idea contagiarse de Ómicron a propósito

Contagiarse de la variante Ómicron de COVID en este momento puede no ser una buena idea. Crédito: Shutterstock

Aunque es una buena noticia que Ómicron provoque síntomas más leves que las variantes anteriores de COVID, el problema es que algunas personas están restándole importancia a una enfermedad que ha matado a más de cinco millones de personas en el mundo. Los expertos explican las razones por las que no es buena idea contagiarse de Ómicron a propósito, con el falso razonamiento de que hacerlo terminará con la pandemia o con nuestras preocupaciones por la enfermedad.

El caso de una novia australiana que abrazó a hombres y mujeres en un club para contraer COVID y que la enfermedad “no arruinara” su boda, llamó la atención a nivel internacional. Y esta tendencia se está promoviendo en redes sociales. Pero contagiarse de COVID en este momento puede ser un grave error. Los médicos explican por qué.

Ómicron no es una gripe fuerte

Aunque los síntomas de Ómicron pueden confundirse fácilmente con una gripe, pasar por Ómicron y tener una gripe no es lo mismo. “Tendrías que estar loco para tratar de infectarte con esto. Es como jugar con dinamita”, le dijo el doctor Robert Murphy, director del Instituto Harvey para la Salud Global de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern, a CNN. “No es una gripe fuerte, es una enfermedad que puede ser mortal”, añadió.

Ómicron puede afectar a personas vacunadas y no vacunadas, pero un estudio de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos encontró que los vacunados de más de 65 años, las personas con sistemas inmunológicos débiles o con enfermedades subyacentes, tienen un riesgo mayor de sufrir la enfermedad grave, pero también puede ocurrir en personas sanas.

Los niños están vulnerables

Según los CDC, sólo un 23% de los niños de entre 5 y 11 años han recibido la vacuna contra COVID-19, y un 54% de los menores de entre 12 y 17 años. Con este nivel de vacunación, los niños son vulnerables a enfermar gravemente al contagiarse de Ómicron. Las cifras son claras al respecto: en esta ola de la pandemia las hospitalizaciones de niños han superado los registros anteriores.

El COVID prolongado existe

El hecho de que los síntomas de Ómicron no sean aparentemente tan graves como con otras variantes, no significa que no tengan consecuencias a largo plazo. Más de 1.5 millones de personas en EE.UU. han perdido el olfato a causa del COVID y es probable que no lo recuperen.

Otras experimentan debilidad, mareos, confusión mental, dolor, dificultades para dormir, daños a los pulmones, los riñones, el corazón y la salud mental meses después de haber cursado la infección. Aún se desconocen todas las secuelas del COVID y sus variantes en la salud a largo plazo.

Los sistemas de salud están superados

Aún cuando Ómicron causa síntomas leves, algunas personas todavía requieren hospitalización y, entre más personas contagiadas haya, la probabilidad de que un gran número de ellos llegue al hospital es mayor. Los sistemas de salud sobrecargados es un problema que no sólo afecta a quienes padecen COVID, sino también a las personas que requieren atención médica de emergencia o de manera periódica, y que deben esperar para lograr una consulta con personal médico o para recibir medicamentos.


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