El aumento del precio del níquel podría amenazar las ambiciones de Elon Musk y Tesla

Durante la semana, en tan solo unas pocas horas, el precio mundial del níquel subió 67.2%, lo que significa que el precio de un vehículo eléctrico de entrada se incrementó, por esa misma razón, alrededor de $1,000 dólares.

Con muchas otras materias primas, el níquel cruza por un mercado sumergido en la incertidumbre, movido por el conflicto armado en Ucrania, pero también por los movimientos en las cadenas de producción.

El martes pasado, la Bolsa de Metales de Londres decidió suspender el mercado de níquel cuando los precios de los contratos a tres meses se dispararon $100,000 dólares por cada tonelada.

Este movimiento está directamente relacionado con los acontecimientos en Ucrania, ya que Rusia, que ahora es blanco de un racimo de sanciones económicas, es un proveedor clave de este metal.

El mercado se mueve hacia los autos eléctricos

Este escenario llega en un momento en el que países como Estados Unidos se llevan a cabo planes para que las armadoras apuesten por la fabricación de vehículos eléctricos.

No es solo Tesla, la empresa fundada por Elon Musk, que va a la cabeza de la carrera de los llamados EV, sino que marcas tradicionales como Ford y General Motors también han anunciado planes robustos para crecer sus portafolios de vehículos eléctricos.

Pero también el gobierno del presidente, Joe Biden, anunció en semanas pasadas una inversión de $7,500 millones para la construcción de una red de 500,000 estaciones de carga rápida en todo el país.

De acuerdo con los analistas del mercado de níquel, ahora los inversionistas de estos sectores tendrán que calcular cuál será su posición frente a las alzas del metal, que es un elemento fundamental en la fabricación de las baterías para los autos eléctricos.

Para Adam Jonas, analista del sector automotriz de Morgan Stanley, un escenario probable es que en los próximos años se reduzca el ritmo de ventas de autos eléctricos, con lo que los inversores tendrán que considerar una reducción en sus expectativas de ganancias, dijo en un artículo publicado en CNBC.

La importancia del níquel para los EV

El níquel es uno de los productos básicos para la fabricación de las celdas para las baterías de iones de litio. Estas se utilizan en la mayoría de los vehículos eléctricos que se comercializan actualmente en el mercado estadounidense.

Pero el níquel no solo es “parte” de la producción de las baterías. En años recientes, los fabricantes de autos eléctricos han comprobado que agregar un mayor porcentaje de níquel a las baterías incrementa la densidad de su energía.

Esto quiere decir que las hace más duraderas, lo que transmite más millas de autonomía a un automóvil impulsado por una motorización eléctrica.

Actualmente, los fabricantes de baterías de iones de litio agregan hasta 60% de níquel a los cátodos para lograr este efecto energético más duradero.

Incluso fabricantes como Tesla compran baterías al fabricante coreano LG Chem con 90% de níquel, que instala en algunos de sus modelos.

Frente a los altos precios del níquel, los analistas se preguntan qué tan sostenible es agregar más porcentaje de este metal a las baterías de iones de litio.

Incluso antes de la invasión de Rusia en Ucrania, los analistas del mercado ya veían que la demanda de níquel superaría su oferta para 2024, lo que consecuentemente llevaría a un precio más alto, según expertos de Rystad Energy citados por CNBC.

Tesla busca opciones ante los altos precios

Tesla ha buscado opciones para no quedar atrás en un mercado del que es pionero y, para algunos, el principal competidor.

Para mitigar algunos de estos costos, el fabricante ha decidido cambiar sus baterías de iones de litio por baterías de fosfato de hierro y litio en algunos de sus modelos.

Aunque estas baterías son más pesadas y no ofrecen el rango de autonomía de las de iones de litio, resultan más económicas y permiten equilibrar los costos y ganancias en los procesos de producción.

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