Una nave de la NASA se prepara para desviar la trayectoria de un asteroide
La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) ha monitoreando el incremento en el número de asteroides que en algún momento podrían suponer un riesgo de colisión para la Tierra
El próximo 26 de septiembre, la mirada de millones de personas en el mundo estarán al pendiente de la nave espacial DART, un proyecto creado por Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) en el cual se invirtieron $330 millones de dólares y cuyo objetivo es tratar de que experimentalmente se logre desviar la trayectoria de un asteroide.}
Desde hace cinco años, expertos en ingeniería aeronáutica y de otras áreas del conocimiento que laboran en la Oficina de Coordinación de Defensa Planetaria de la NASA, están enfocados en ver el impacto que tendrá la colisión de una nave espacial no tripulada contra un asteroide.
Bajo este planteamiento, se eligió al asteroide Dimorphos, ubicado a 11 millones de kilómetros de la Tierra y contra el cual intencionalmente se pretende estrellar a la aeronave DART con la esperanza de que se logré redireccionar a la maza de roca que circula por el espacio.
Al respecto, esta semana Nancy Chabot, una de las principales investigadoras a cargo del proyecto, sostuvo una reunión con diversos medios de comunicación para explicar el objetivo de la ambiciosa misión.
“Es algo verdaderamente histórico. Me emociona que estemos moviéndonos de algo que se veía como ficticio y estemos tomando un paso para hacerlo más real. No es hacer explotar el asteroide en millones de pedazos, sino darle un pequeño empujón”, indicó la investigadora.
La razón del experimento derivaba de que cada año se incrementa el número de asteroides que en algún momento podrían suponer un riesgo de colisión para la Tierra.
En la NASA, al igual que otras agencias de investigación espacial, se trabaja en el desarrollo de tecnología capaz de proteger al planeta.
En el caso de Dimorphos, es un pequeño asteroide de 160 metros de diámetro que gira en torno a otro de mayores dimensiones llamado Didymos. Ambos, forman un sistema de asteroide doble y aunque por su lejanía no pone en riesgo a la Tierra, los investigadores estimaron que podría servirles para realizar el experimento.
Cabe señalar que el impacto más reciente de un asteroide que se tenga registrado en la Tierra ocurrió en 2013, cuando un objeto de 20 metros de diámetro terminó por impactarse en una remota región del territorio ruso.
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