Exfutbolista del Bayern de Múnich es perseguido en Irán por apoyar protestas sociales tras la muerte de una joven bajo custodia policial
El exjugador del Bayern de Múnich, Ali Karimi se ha valido de sus redes sociales para rechazar la muerte de una joven de 22 años en Irán y estaría teniendo problemas con las autoridades judiciales
Fue el mejor jugador asiático en 2004 y jugó en el centro del campo del Bayern de Múnich en Alemania. El exfutbolista iraní Ali Karimi está bajo la mira de la justicia de su país por apoyar publicamente las manifestaciones sociales en rechazo a la muerte de Mahsa Amini, una joven de 22 años que fue detenida por llevar mal puesto el velo y que murió en extrañas circunstancias bajo custodia de la “Policía Moral”.
De acuerdo con lo reseñado por la agencia de noticias Mehr, la justicia de Irán considera a Karimi como “uno de los principales líderes de los recientes motines en el país. Es procesado por haber llevado la voz del enemigo y animado las protestas”.
Tras la muerte de Amini, que generó una serie de revueltas en varias partes de Irán, el exjugador de 43 años se valió de sus redes sociales para apoyar públicamente las manifestaciones. “¿Qué estas defendiendo, soldado? ¿El saqueo, la malversación de fondos y la búsqueda de rentas? ¿La humillación de la patria y el aislamiento globlal? ¿La pobreza, prostitución y hambre de los compatriotas?”, escribió en Twitter.
Este jueves Karimi siguió publicando opiniones sobre el caso y compartió una foto de la joven asesinada con el siguiente mensaje: “Querida, todo el pueblo de Irán está avergonzado por la forma en la que te mataron. Que tu alma sea feliz, hija mía”.
Persecución
Recientemente, un medio de comunicación llamado Kayhan habría acusado a Karimi de haber “dirigido los motines y “echado aceite en el fuego de los problemas”. Despúes de esta publicación, un grupo se reunió al frente de la casa del exjugador en Teherán, según reseñó la agencia Mehr.
Karimi vive actualmente en Emiratos Árabes Unidos y fue el tercer jugador con más títulos y el quinto máximo goleador de la selección iraní. Tras conseguir el galardón a mejor jugador asiático en 2004, fichó por el Bayern de Múnich de la Bundesliga alemana al año siguiente y estuvo hasta la temporada 2007.
No es la primera ocasión que el exjugador crea polémica al manifestarse públicamente sobre algún conflicto social. En 2009 junto a varios futbolistas iraníes, portó un brazalete de color verde durante las elimintorias al Mundial de Sudáfrica 2010 para mostrar su apoyo a un candidato presidencial.
En uno de sus últimos clubes fue despedido por no realizar el ayuno musulmán y haber insultado a los responsables de la federación de fútbol. Aunque tras pagar una multa de más de $3,000 dólares pudo volver a jugar.
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