Crece apoyo en Congreso para otorgar Green Card a indocumentados, pero faltan al menos cinco republicanos en el Senado
El plan de reforma que daría la Green Card a unos ocho millones de indocumentados comenzó con el apoyo de seis congresistas, pero en dos meses ya suma 70 y un avance entre republicanos; la presión a los congresistas aumenta a poca semanas de que concluya la actual legislatura
Los defensores de inmigrantes indocumentados tienen buenas y malas noticias para esta población, ya que por un lado hay un avance en cuanto al apoyo para aprobar una reforma a la Ley de Registro, pero por otro en el Senado no hay suficientes republicanos para lograr su aprobación.
Hasta el momento, esa propuesta presentada en julio pasado por la representante demócrata Zoe Lofgren (California), presidenta del Subcomité de Inmigración y Ciudadanía de la Cámara, cuenta con 70 representantes que copatrocinan el proyecto.
Así lo confirmó la activista Angélica Salas, presidenta de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes (CHIRLA), en una entrevista con el podcast “El Diario Sin Límites”.
En septiembre pasado, esa organización tenía en la lista a 57 representantes demócratas, como parte de la campaña de reuniones y llamados a respaldar el proyecto que abriría la puerta a la ciudadanía para unos ocho millones de inmigrantes indocumentados.
Es posible que el respaldo demócrata avance, pero el principal problema se encuentra en el Senado, donde se requiere a 10 republicanos que apoyen el plan para su aprobación.
“Les preguntamos a senadores demócratas de cuántos [republicanos] estamos hablando, ellos hablan de cuatro o cinco”, compartió Salas.
Esa cifra coincide con la proporcionada por senadores demócratas la semana pasada, incluido Alex Padilla (California), quienes reconocieron cierto avance con los republicanos moderados.
“En la oficina de la senadora [Catherine] Cortez Masto le preguntamos si estaban hablando con el líder Mitch McConnell”, expuso Salas. “Para asegurar que él en realidad dé luz verde para que sus senadores voten por un tema de inmigración”.
La preocupación de la activista es que mientras algunos demócratas, incluido el líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer (Nueva York), intentan convencer a republicanos, éstos no puedan votar sin un aval de su liderazgo.
“Está muy complicada la situación, vamos a ser bien realistas, pero lo que yo sí sé es que se tiene que hacer una lucha real, genuina, no nada más promesas”, expuso Salas. “Para de esa manera ver si hay votos de los republicanos y ellos están dispuestos de desligarse de esa perspectiva antiinmigrante que, desafortunadamente, tiene la mayoría del Partido Republicano”.
A finales de septiembre, el senador Padilla introdujo en el Senado la reforma “espejo”, es decir, el mismo plan que se presentó en julio ante la Cámara.
Qué es la Ley de Registro
En forma bipartidista, en 1929 se creó la Ley de Registro, la cual permite a inmigrantes indocumentados con cierto periodo viviendo en Estados Unidos aplicar por una Green Card.
“Queremos que se actualice la Ley de Registro, que comenzó en 1929, para ayudar a la gente indocumentada”, expuso Salas. “Es una ley que dice básicamente que por haber estado en este país por una cierta cantidad de tiempo… tú puedes demostrar ese tiempo, más buen carácter moral y no ser elegible para la deportación, entonces tú puedes calificar para la residencia permanente”.
La activista recordó que la última reforma de esa ley ocurrió en 1986 y aunque sigue vigente aplica para quienes llegaron al país en los años setenta del siglo pasado, no después, por ello se requiere su actualización.
“Que la actualicen, para que cualquier persona que ha estado aquí desde el 2015 pueda legalizar su estatus”, indicó.
Defensores del proyecto indican que es la mejor forma de proteger a millones de personas de la deportación, incluidos a los ‘dreamers’, a la gente con Estatus de Protección Temporal (TPS), trabajadores agrícolas y otros indocumentados con acciones diferidas a la deportación.
El principal reto en este momento es que los congresistas tienen un mes para aprobar la reforma, antes de que termine el periodo conocido como ‘lame duck’, es decir, los últimos días de la legislatura actual, debido a que el 3 de enero del 2023 comienza el Congreso 118.