La Familia Michoacana masacró a siete hombres en Guerrero por rechazar unirse a ellos
Los pocos pobladores que quedan en la comunidad de El Durazno decidieron hablar sobre lo que ocurrió el pasado 10 de diciembre
Los pistoleros fusilaron a las victimas en la cancha de una escuela en el municipio de Coyuca de Catalán. Crédito: Fiscalía de Guerrero | Cortesía
El pasado 10 de diciembre la muerte se hizo presente en la comunidad de El Durazno, ubicada en el estado de Guerrero, y los encargados de perpetrar la terrible masacre de siete personas fueron miembros del cártel de La Familia Michoacana.
Desde ese día, surgieron varias hipótesis sobre el motivo por el que los sicarios ejecutaron a siete hombres, entre ellos un menor de 14 años, pero finalmente los pocos pobladores que quedan en el lugar se decidieron a hablar.
Durante un recorrido que reporteros del diario Milenio realizaron por las calles de El Durazno, pudieron platicar con algunos vecinos de la comunidad, quienes recordaron el infierno que vivieron hace unos días.
Los testigos relataron que los responsables de la masacre fueron hermanos y primos de dos familias, a quienes identificaron como Hermenegildo y Adrián Barajas, Homero y Mauricio Beltrán. Todos ellos vivían en la comunidad hace unos años, pero decidieron emigrar para unirse a las filas de La Familia Michoacana.
De acuerdo con los entrevistados, a estas personas no se les había visto hasta el fin de semana previo a la masacre, durante la fiesta de San Juan Diego cuando estaban “cazando” (reclutando).
Una semana después, regresaron los mismos sujetos en camionetas decoradas con fresas y peces, emblemas de La Familia Michoacana. Rompieron los candados de la escuela, colocaron una mesa con refrescos y café, para luego convocar a una reunión “exclusivamente para hombres”, aseguraron los habitantes.
Pero su enojo surgió cuando vieron que nadie llegó, por lo que decidieron ir por ellos hasta sus propias casas, sin embargo algunos lograron escapar, lo que desató aún más la furia de los criminales, quienes rafaguearon varias de las viviendas.
A los que sí encontraron se los llevaron al punto de reunión y ahí los ejecutaron. “Los arrastraron y los formaron, les dieron culatazos, les sacaron los sesos, les rompieron el cráneo. Formaditos los dejaron”, dijo Maricarmen, abuela de una de las víctimas.
“Ese es el motivo de que los estén acribillando así, porque no quisieron incorporase a ellos”, agregó Celestina, madre de otra de las víctimas, quien aseguró que en el pasado otros habitantes sí se unieron a la Familia Michoacana, como el caso de los pistoleros que fueron responsables de esta tragedia.
Ahora en El Durazno quedan muy pocos varones, la mayoría muy jóvenes o muy viejos, cuya edad ha sido la única razón por la que se han salvado de ser víctimas de La Familia Michoacana, aquella organización criminal que actúa con impunidad en Guerrero sin que las autoridades hagan algo al respecto.
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