De Jalisco a los premios de cine: el Taller del Chucho, cuna del Pinocho de Guillermo Del Toro

Aunque la mayor parte del filme se hizo en Portland; en Guadalajara, la tierra donde nació Del Toro, fue sede de la creación de dos escenas claves en la historia de Pinocho

Equipo del Taller del Chucho

Equipo del Taller del Chucho Crédito: Taller de El Chucho | Cortesía

MEXICO.- Hablar del Taller del Chucho, donde se filmaron escenas de la película multigalardonada Pinocho,  es hablar de paciencia. No solo porque el mismo cineasta Guillermo del Toro reconoce que le llevó 14 años terminar el cortometraje, sino porque el estudio con sede en Guadalajara, Jalisco, se especializa en Stop Motion.

El Stop Motion no es para desesperados. La técnica que usó el largometraje de Del Toro requiere tanta pasión por lo bien hecho que en un día laboral se puede lograr hacer solo entre tres o cuatro segundos de filmación.

Para dar vida a las marionetas de Pinocho debió iluminarse y fotografiar a los personajes hasta 24 veces por segundo, en ocasiones 12 veces por segundo, para seguir el guión de la historia que recientemente ganó los premios a mejor película animada de los Globos de Oro y los Critics Choice Awards 2023.

Aunque la mayor parte del filme se hizo en Portland; en Guadalajara, la tierra donde nació Del Toro, fue sede de la creación de dos escenas claves en la historia de Pinocho donde aparecen cuatro conejos jugando póker y cargando un ataúd para enterrar a Pinocho, quien morirá por una bomba en los tiempos del fascismo italiano.

Gilberto Torres Cañedo, asistente de cámara en una de las filmaciones. Foto: Taller de El Chucho.

El cineasta mexicano compartió en una videoconferencia de prensa que logísticamente fue complicado grabar parte de la película en la Perla Tapatía, pero era un deseo personal. “Para mí, como tapatío era importante llevarme un cacho de Pinocho a Guadalajara”, explicó.

EL TALLER

El Centro Internacional de Animación en México fue fundado en 2020 con apoyo de Guillermo del Toro. El estudio es uno de los más grandes de América Latina y también Se le conoce como El Taller del Chucho porque el logo es un perro y en muchos lugares de México se le conoce a este animal como “Chucho”.

El éxito de Pinocho ayudará a posicionar al Taller del Chucho en la industria internacional. Recientemente varios de sus creadores estuvieron presentes en el Festival Pixelatl, por ejemplo. Sin embargo, la carrera de muchos de ellos comenzó desde antes, abriéndose paso en una técnica que aunque no había tenido mucho presupuesto, sí muchas ganas.

Los animadores más reconocidos son Rita Basulto (fotografía), Karla Castañeda y Juan José Medina (artes), Luis Téllez y René Castillo (animación), Juan José Medina (artes), León Fernández (puppets) y Sofía Carrillo (vestuario), quienes fueron destacados a nivel internacional en la edición virtual de 2020 del evento de cultura pop Comic-Con de San Diego al presentar la película de Del Toro titulada Antlers.

Cuando el Taller del Chucho convocó al talento local y de otros estados, el arribo de todos ellos fue casi natural. Karla Castañeda, por ejemplo, tenía rato cooperando con Guillermo del Toro. Luis Téllez, quien es uno de los principales animadores de esta cinta, dijo a este diario que comenzó su carrera hace 25 años.

Primero había estudiado Ciencias políticas en la Universidad Nacional Autónoma de México, pero la vida lo sorprendió después de ver una cinta de Jones Van Mayer que se proyectó en la Cineteca Nacional y fue justo cuando decidió estudiar stop-motion.

“Cuando era niño dibujaba monitos y desde ese momento que salí de la sala me volví loco y compré una cámara y tiempo después me lo tomé en serio. Hice varios proyectos, pero el más destacado fue en el 2009 cuando hice un cortometraje llamado Viva El Rey que me dio un Ariel”, expresó.

Téllez narró que cuando lo llamaron del Taller del Chucho para invitarlos al proyecto de Pinocho no lo dudó: “A mí me escogieron para ser supervisor de animación de la unidad de Guadalajara y trabajaba de la mano de Brian Hansen”, detalla: “Es el director de animación en Portland y teníamos juntas hasta tres veces al día”.

Luis Téllez, supervisor de animación y animador. Foto: El Taller de El Chucho.

Rita Basulto, quien estudió en la escuela de artes plásticas de Guadalajara y diversos diplomados en la Universidad de Guadalajara (UdG), dijo que  conoció a Del  Toro en 1998, cuando dio una charla sobre el oficio del cine.

“Recuerdo perfectamente cuando nos dijo que no todos llegan al final de esta carrera por la disciplina y perseverancia que se requiere”.

Posteriormente, Basulto ganó cuatro premios al Ariel, el máximo galardón que se daba en México, hasta que la actual administración de Andrés Manuel López Obrador le quitó el presupuesto y por lo cual entró en polémica con Guillermo del Toro, quien ofreció pagarlo con tal de que se siga incentivando el talento.

“A mí me hablaron y yo no pensé que ganaría el puesto de fotografía pues habían muchos candidatos e inclusive mejores que yo. Jamás me hubiera imaginado que en este proyecto conocería al creador de Dragonframe y no solo eso, pues nos tocó que nos enseñaran la quinta versión y aprender de los sistemas de Portland”, mencionó Basulto.

DE DONDE VIENE

Aunque los orígenes del Stop motion se remontan a hace más de un siglo, México tiene relativamente poco en esta técnica, pero lo respaldan muchos años de gusto por la animación. La primera producción animada en México es un cortometraje de ocho minutos de duración llamado “Mi sueño”, creado en 1916. 

Desde entonces no ha parado. En el reciente Festival Matatena de la Cineteca Nacional se presentó el cortometraje en Stop Motion “Mi abuela Matilde”,donde también participó talento de El Taller de El Chucho.

Miguel Anaya, el productor del filme en Ciudad de México, dijo que en adelante se espera que la técnica se vuelva un ícono de México. “Cada vez habrá más producciones”, afirma sin titubear.

René Castillo, de El Taller del Chucho, coincidió. Principalmente porque hay calidad. “Si vas a pasar varios años trabajando en un mismo proyecto, definitivamente tienes que estar comprometido y apasionado con lo que haces. ¡No querrías dedicar tanto tiempo y esfuerzo en una historia mediocre y aburrida!

“Lo que hacemos literal es un acto de magia: darle vida al puppet y lograr que la gente piense en ellos como si fueran personajes reales”, dijo.

A pesar de lo complicado del proceso, Sergio Valdivia cree que todo el esfuerzo vale la pena al ver el resultado final, el cual es imposible de replicar mediante live action o animación 3D. Incluso cuando el avance de la tecnología ha hecho que muchos piensen que la animación tradicional o el stop motion van a desaparecer.

“Sencillamente hay cosas que son imposibles de reemplazar”, destacó.

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