Arely, la mexicana que murió durante el secuestro de estadounidenses en Matamoros y quedó en el olvido

Sus familiares han mostrado indignación porque ni siquiera su nombre ha sido mencionado, ya que la importancia del caso recayó en los estadounidenses secuestrados

Funeral en México

La joven murió tras bajar de un camión y ser alcanzada por una bala perdida. Crédito: Pedro Pardo | AFP / Getty Images

Una bala perdida producto del enfrentamiento entre dos grupos criminales rivales en Matamoros, Tamaulipas, causó la muerte de una joven, la cual fue noticia aquel fatídico viernes 3 de marzo, pero quedó en el olvido por los acontecimientos subsecuentes. Se trata de Arely Pablo, la mexicana a la que los medios no dieron foco, pero que dejó un gran vacío en aquellos que la amaban.

Y es que sus familiares han mostrado indignación porque ni siquiera su nombre ha sido mencionado, ella fue una víctima colateral del horror vivido en la ciudad fronteriza, salía de trabajar cuando los hechos sucedieron y sin deberla ni temerla fue alcanzada por una bala que le quitó la vida. La mencionaron como una mujer muerta, pero no le dieron la importancia debida.

Américo Villarreal, gobernador de Tamaulipas se refirió a ella como una connacional, aunque eso sí, aclaró que su familia ya es respaldada por el estado y el municipio. Pero, la importancia del caso recayó en los estadounidenses secuestrados, algo que le duele a aquellos que la conocieron, quienes señalaron que es mentira que Arely era madre soltera, pues nunca tuvo hijos.

Arely Pablo Servando tenía 33 años, profesaba la fe cristiana y se congregaba en la Iglesia Cristiana Pentecostés Maranatha, era integrante de la Asociación de Jóvenes Embajadores del Poder Pentecostés. El diario Universal plasmó el testimonio de Priscila Andrade, presidenta de dicha asociación.

La joven describió a Arely como una persona que era muy amada por todos, dijo que trabajaba con niños en las Escuelitas Bíblicas de Verano, además, juntas administraban la página de la Asociación de jóvenes.

“De verdad que fue una persona sin igual, una verdadera hija de Dios y …  pues mi mayor consuelo es que, aunque se le extraña mucho, ella está gozando ahora en la presencia del Señor. Donde no hay llanto, ni tristeza, ni dolor”, dijo al medio.

Otras personas que la conocieron la describen como como una chica muy trabajadora, seria, a quien le gustaban las manualidades y los girasoles, así como estar con sus hermanos. Así es como sus conocidos recordaron a la joven que murió tras bajar de un camión y ser alcanzada por una bala. Los responsables siguen libres.

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