Alcalde de Matamoros reconoció que los habitantes ya se acostumbraron a la presencia de narcos

Si bien la ciudad fronteriza de Matamoros, Tamaulipas, volvió a ser noticia por el secuestro de cuatro ciudadanos estadounidenses ocurrido a principios de marzo, lo cierto es que la región lleva años sumergida en la violencia producida principalmente por el narcotráfico. En entrevista para el semanario Proceso, el alcalde Mario López Hernández habló sobre la situación y expresó: “Así nos tocó vivir”.

El presidente municipal, conocido en la política local como “La Borrega”, mencionó que el crimen organizado “convulsiona” las ciudades grandes mexicanas en la frontera sur de Estados Unidos, y que Matamoros tiene presencia permanente de narcotraficantes desde 1980.

Sin embargo, negó que el crimen organizado controle la ciudad. “Estamos gobernando nosotros, totalmente. Ellos traen sus cuestiones que ya sabemos. Los que somos nativos de aquí sabemos cómo es el crimen organizado, pero deben ser las autoridades estatales y federales las que tomen las decisiones”, afirmó.

López Hernández ha pedido que sea creado un centro de control de información C4 en la ciudad, para que desde aquí se dé directamente la información a los mandos para que actúen con celeridad, pues el centro de control se encuentra en Reynosa, municipio ubicado a 90 kilómetros. La retransmisión de órdenes es lenta, aseguró.

Violencia en Matamoros

Desde hace años el Cártel del Golfo tiene presencia en la ciudad y otros municipios de Tamaulipas, por ello el alcalde dijo que los ciudadanos ya están acostumbrados a la presencia del narco. Y es que las facciones de la organización criminal, Los Escorpiones y Los Ciclones, han hecho de la entidad su bastión, por lo que los enfrentamientos y otros delitos son cosa de todos los días.

Ahora la ciudad luce apacible, pues las fuerzas de seguridad de los tres niveles de gobierno patrullan en ella día y noche, pero no siempre ha sido así, prueba de ello es lo ocurrido el pasado 3 de marzo cuando se suscitó una balacera que cobró la vida de una mexicana, víctima colateral del choque armado.

Después ocurrió el secuestro de los estadounidenses. A diferencia de otras desapariciones, esa fue investigada de inmediato y se logró recuperar a dos personas, pues las otras dos fueron asesinadas. Aunque el rescate fue aplaudido por personas y organizaciones, señalaron que desearían tener la misma atención que tuvieron los estadounidenses.

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