¿Cómo gastar lo menos posible en comestibles para hacerle frente al alza de precios?
Establecer un presupuesto donde se le de prioridad a las compras estrictamente necesarias mediante un listado, puede ayudar para que a las personas no se les disparen las facturas de consumo
El alto precios de los alimentos ha hecho necesario que un gran número de estadounidenses replantean la manera en cómo gastan el dinero al adquirirlos.
De acuerdo con el Índice de Precios al Consumidor, el año pasado, el costo promedio de ingerir alimentos en los hogares se incrementó 11.4%.
Por citar algunos ejemplos, el precio del trigo subió 2%, el jamón 3.4%, la carne de ave 11.2%, y los huevos más de 60%.
Aunado a esto, a las familias que eran miembros de SNAP, o Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria y que recibían dinero extra para comprar alimentos, se les cortó el apoyo.
De esta manera, con la inflación todavía por encima del objetivo establecido por la Reserva Federal, resulta casi obligatorio definir la cantidad destinada a adquirir los comestibles necesarios en los hogares, pues de acuerdo con un estudio del Centro de Prioridades Presupuestarias y Políticas, este año en promedio se destinan $95 dólares mensuales más a la compra de comestibles.
En este sentido, la clave para que millones de familias puedan hacerle frente al alto precio de los alimentos radica en implementar estrategias de ahorro para mantener las facturas de sus compras en el nivel más bajo posible.
Con el objetivo de saber cuánto dinero se debe gastar en comestibles, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) publica una estimación sobre el monto destinado a la alimentación.
Basado en ello, un presupuesto económico para una familia de cuatro integrantes debería consistir en gastar no más de $225.60 dólares a la semana o $977.70 dólares al mes.
Y para lograr que el monto no se dispare lo recomendable es delinear una lista de compras a través de la cual sólo se adquieran productos cuando dos tercios de estos se hayan agotado en la despensa.
Otra sugerencia es establecer rutinas de comidas y compras que se ajusten al bolsillo, pues de otra manera se perderá el enfoque de estirar el presupuesto al máximo.
En la actualidad, adquirir alimentos en línea, en lugar de acudir a las tiendas, también llega a ser más barato, siempre y cuando sólo se compre estrictamente lo necesario.
Aprovechar los cupones descuento también es otra alternativa para gastar menos.
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