25% de los alumnos abusa de estimulantes en algunos colegios estadounidenses

Los estimulantes se han convertido en productos farmacéuticos populares entre los alumnos, quienes los usan con fines recreativos o para rendir mejor, tanto que 1 de cada cuatro jóvenes recurren a ellos en los colegios.

Un estudio realizado por la Universidad de Michigan revela que en algunas escuelas, el 25% o más de los niños declararon haber abusado de los estimulantes recetados en el último año, lo que significa que utilizaron la medicación sin prescripción médica o de forma no médica, por ejemplo, con fines recreativos o para mantenerse despiertos.

Los resultados destacan que los centros de enseñanza media y secundaria de EE.UU. con más alumnos que toman estimulantes con receta para tratar el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) también tienen, en general, el mayor porcentaje de alumnos que abusan de los estimulantes con receta en el último año.

Según Sean Esteban McCabe, profesor de enfermería de la Universidad de Michigan e investigador principal del estudio, el estudio pone de manifiesto una relación significativa entre el tratamiento escolar con estimulantes para el TDAH y el abuso de estos fármacos.

Se trata del primer gran estudio que examina la prevalencia del abuso de estimulantes de venta con receta y los factores que lo correlacionan en los centros de enseñanza media y secundaria de EE.UU., según McCabe. El uso indebido de estimulantes en los centros escolares osciló entre el 0% y el 25%, con algunos valores atípicos superiores.

Alumnos comparten su medicamento de prescripción médica

Los autores del estudio destacan que el tratamiento con estimulantes para el TDAH ha aumentado en las dos últimas décadas. Los estimulantes de venta con receta son uno de los fármacos de venta con receta más extendidos entre los adolescentes, y el fármaco de venta con receta más consumido indebidamente entre los adolescentes.

“La terapia con estimulantes de venta con receta para el TDAH ayuda a millones de personas, incluida mi propia familia, estudiantes, amigos y colegas”, dijo McCabe.

Sin embargo, el problema radica en el hecho de que los adolescentes compartan la medicación con sus compañeros y se convierte en una de las principales razones por las que los niños que no están en tratamiento con estimulantes tienen acceso a estos fármacos, pero no es el único factor, según McCabe.

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