Los Chapitos usaban a los rivales que capturaban para probar su fentanilo experimental
Reportes de las autoridades de Estados Unidos basados en testimonios de agentes encubiertos, detallan los primeros experimentos de los hijos del Chapo Guzmán con el fentanilo
El Cártel de Sinaloa, específicamente la facción conocida como Los Chapitos, liderada por los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, son el claro ejemplo de la evolución de las organizaciones criminales para incursionar en el tráfico del fentanilo.
El riesgo que representa esta célula quedó evidenciado con la acusación que presentó el pasado 14 de abril el gobierno de Estados Unidos, en contra de Iván Archivaldo Guzmán Salazar, Jesús Alfredo Guzmán Salazar, Ovidio Guzmán López y Joaquín Guzmán López, así como diversos cómplices y aliados.
Dicha acusación sostiene que los Chapitos controlan desde la adquisición de precursores químicos en China, hasta la fabricación de fentanilo en laboratorios clandestinos en México, la adquisición de armas de grado militar para proteger sus operaciones y, por último, la distribución de fentanilo en la Unión Americana.
Es así como los hijos del Chapo evolucionaron al reemplazar la cocaína por el fentanilo, al igual que lo hicieron en el pasado su padre e Ismael “El Mayo” Zambada, cuando sustituyeron la marihuana por la cocaína.
Sus primeros experimentos
Pero para lograr esta evolución y traficar con éxito el fentanilo, los jóvenes criminales comenzaron a experimentar con esta droga desde 2014. Según reportes de las autoridades de Estados Unidos basados en testimonios de agentes encubiertos y difundidos por el diario El País, los Chapitos improvisaron su primer narcolaboratorio en una casa en Culiacán.
En ese lugar se valieron de gente experta en procesos químicos que son conocidos popularmente como “cocineros”, para que lograran sintetizar el fentanilo y posteriormente combinarlo con otras sustancias, de esta manera aprovecharon sus efectos adictivos que rápidamente enganchan a los consumidores para aumentar su demanda.
Con la adaptación de los narcolaboratorios pudieron producir grandes cantidades de fentanilo que, al usarlo de manera irresponsable, puede causar la muerte a los consumidores con solo 2 miligramos del producto.
Es por ello que, para comprobar su efectividad, integrantes de la célula criminal realizaron experimentos en las personas, principalmente en los rivales del cártel que eran capturados, así como algunos adictos.
Los documentos oficiales de las autoridades estadounidenses hablan de una mujer en especial, quien era parte de un grupo rival a los Chapitos. A esta persona le fueron suministradas tres dosis del opiáceo para calcular las cantidades de los químicos y se revela que finalmente murió por sobredosis.
A esas pruebas también fueron sometidos algunos adictos: uno de ellos falleció por una sobredosis, pero la droga que consumió fue enviada igualmente a Estados Unidos.
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