Cuatro hombres se fugaron de una cárcel en Mississippi; uno murió tras enfrentamiento con policías

Cuatro hombres, que se encontraban presos por delitos graves, se fugaron el pasado fin de semana de una cárcel de Mississippi que ya estaba ya bajo escrutinio judicial por problemas de seguridad.

Los sospechosos salieron del Centro de Detención de Raymond, una instalación cercana a Jackson, a través de brechas en una celda y en el techo. El sheriff del condado de Hinds, Tyree Jones, dijo que los hombres podrían haber tomando caminos distintos.

Uno de los sospechosos, identificado como Dylan Arrington, de 22 años, fue acusado de asesinar a un sacerdote en su huida para robarle su camioneta.

El Departamento de Policía de Jackson indicó que Arrington mató a tiros al párroco Anthony Watts, de 61 años, cuando se detuvo en la carretera Interestatal 55 para ayudarle por un accidente de motocicleta. El prófugo presuntamente lo baleó y se llevó su vehículo, una Dodge Ram roja.

Tras varios días en fuga, las autoridades informaron que Arrington aparentemente murió tras ser acorralado por la policía en una vivienda cerca de Conway, la cual terminó en llamas. Sin embargo, las autoridades aún esperan confirmación de la identidad del cuerpo hallado calcinado en el lugar.

El sheriff del condado de Leake, Randy Atkinson, señaló que un agente resulto herido por los disparos realizados desde la vivienda.

Los otros tres presos -Casey Grayson, Corey Harrison y Jerry Raynes- siguen prófugos, y en su búsqueda colaboran el Servicio federal de Alguaciles y la Oficina estatal de Investigaciones.

Los cuatro estaban bajo custodia por varios cargos de delitos graves, la mayoría relacionados con el robo. Arrington tenía cargos por robo de automóvil y posesión ilegal de un arma de fuego, según informó la estación local WAPT-TV.

Otro de los presos presuntamente robó un auto de Obras Públicas del condado de Hinds que fue recuperado más tarde en un suburbio de Houston (Texas). Los investigadores también creen que un Chevy Silverado robado está relacionado con la fuga.

“Tengan mucho cuidado, estén atentos a cualquier cosa que parezca sospechosa. En este momento no hay información que sea demasiado pequeña para facilitarla a las fuerzas de seguridad”, dijo la policía del condado de Hinds.

En julio, un juez federal ordenó una inusual intervención de la cárcel de donde se fugaron los cuatro hombres, afirmando que las deficiencias en la supervisión y la dotación de personal provocaron “una asombrosa serie de agresiones y muertes.”

Siete detenidos murieron el año pasado en la cárcel, declaró el juez de distrito Carlton Reeves, que concluyó que las puertas de las celdas no se cerraban con llave y que la falta de iluminación en su interior hacía miserable la vida de los detenidos.

También dijo que los guardias a veces dormían en lugar de vigilar las cámaras de la sala de control.

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