PFAS o “químicos para siempre”: qué son y cómo impactan nuestra salud

Recientemente un estudio encontró que la exposición a sustancias químicas en productos domésticos comunes durante el embarazo podría aumentar el riesgo de obesidad en los niños.

Se trata de una clase de  productos químicos hechos por el hombre conocidos como PFAS, que significa sustancias de perfluoroalquilo y polifluoroalquilo.

Es parte de lo que hace que debamos preocuparnos por el uso de utensilios de cocina antiadherentes, los envases de alimentos resistentes a la grasa y la ropa impermeable.

Aunque son productos que hacen que nuestra vida diaria sea menos desordenada, esa comodidad tiene un costo. Los PFAS también son tóxicos a niveles extremadamente bajos, lo que presenta riesgos significativos para nuestra salud.

Se les llama “químicos para siempre” porque son casi indestructibles.

Las PFAS son casi imposibles de evitar. Están presentes en nuestros hogares, nuestras oficinas, nuestros supermercados, prácticamente en todas partes.

Estos resisten la descomposición en el medio ambiente y en nuestros cuerpos. Además, se mueven con relativa rapidez por el medio ambiente, lo que hace que su contaminación sea difícil de contener.

Para algunos PFAS, incluso los niveles extremadamente bajos de exposición pueden tener un impacto negativo en nuestra salud.

Los PFAS no están regulados

Los fabricantes no tienen que revelar a los consumidores que los están usando y la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. (EPA) no regula ni prueba la mayoría de los productos químicos PFAS. Esto es lo que debe saber y consejos sobre cómo protegerse.

Las PFAS ahora se han relacionado con una amplia gama de riesgos para la salud en estudios con humanos y animales, incluido el cáncer (riñón y testicular), alteración hormonal, problemas de hígado y tiroides, interferencia con la efectividad de la vacuna, daño reproductivo y desarrollo fetal anormal.

Ya sea que se encuentre en un impermeable o en un par de pantalones de yoga, los PFAS se usan ampliamente en nuestra ropa, zapatos y accesorios.

Estos productos químicos también causan contaminación en todas las etapas de producción. A menudo contaminan el aire, el agua y el suelo del entorno circundante.

Se estima que más de 200 millones de estadounidenses podrían tener PFAS en el agua potable en niveles que podrían afectar la salud. Y esta contaminación a menudo es aún más intensa en comunidades de justicia ambiental ya sobrecargadas, según el informe Dirty Water de NRDC.

Sigue leyendo:
• Humo tóxico invade a Nueva York: cómo debes protegerte
• Cáncer de mama podría predecirse mejor con la inteligencia artificial
• Mientras más tiempo se amante a un bebé, mejores resultados educativos tendrá en la adolescencia: estudio