EE.UU. liberó a expolicía mexicano que pasó 36 años en prisión por el caso Enrique Camarena sin estar implicado

Raúl López Álvarez, un expolicía mexicano que desde 1987 fue encerrado en una prisión estadounidense por la muerte de Enrique Camarena, finalmente fue liberado ante evidencias falsas que afectaron el proceso

Enrique Camarena

Según el análisis forense de su cuerpo, a Camarena lo golpearon en la cabeza y el rostro de forma repetida y violenta. Crédito: DEA | Cortesía

Raúl López Álvarez es un expolicía judicial mexicano que estaba en funciones en 1985, año en el que fue torturado y asesinado el agente de la DEA Enrique Camarena, un caso que generó gran revuelo y que marcó un antes y un después en cuanto a la lucha contra el narcotráfico.

Aunque López Álvarez no estuvo involucrado en la muerte de Camarena, haber alardeado que sí participó le costó 36 años de su vida en prisión. Y es que, en un principio, fue detenido en 1985 como sospechoso del caso, por lo que, una vez en la cárcel, presumía que torturó al agente de la DEA.

Más tarde se arrepintió y relató que inventó todo tras leer aventuras de criminales en una revista durante su estancia en una prisión mexicana, pero ya era muy tarde y fue condenado a pasar 249 años en una cárcel de Estados Unidos.

Sin embargo, en marzo de este año un juez federal en California finalmente aceptó que el Buró Federal de Investigaciones (FBI) presentó evidencias falsas que afectaron el proceso, lo que le daba esperanzas de recuperar su libertad.

Y tal parece que así fue, pues documentos obtenidos por el diario Milenio revelan que desde el 8 de junio de 2023 el juez John A. Kronstadt ordenó su inmediata liberación, bajo la custodia del Servicio de Ciudadanía e Inmigración, del Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos.

Según la Agencia Federal de Prisiones, López Álvarez, quien actualmente tiene 64 años, fue liberado el pasado 12 de junio tras comprobar que finalmente no asesinó ni torturó al agente Camarena.

De acuerdo con Milenio, excompañeros de celda recuerdan que a Raúl López siempre le gustaba exagerar en sus historias, pues decía que era la mano derecha de los narcotraficantes Ernesto Fonseca y Rafel Caro Quintero, cuando en realidad era un simple policía bajo la nómina del Cártel de Guadalajara para vigilar cargamentos de droga.

Quizá, en su afán por obtener fama dentro de la prisión, se atrevió a decir que participó en la tortura y asesinato de un agente extranjero, sin saber que sus palabras le costarían 36 años de cárcel en Estados Unidos.

Y es que su historia llegó a oídos de José Reyes García Álvarez, un expolicía estatal que también hacía trabajos ilegales para el narcotráfico.

Tres meses después de escuchar esto, Reyes logró salir en libertad y lo primero que hizo fue acudir a la DEA. Tenía para la agencia estadounidense información que valía millones de dólares, según él.

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