Las batallas de la televisión mexicana por su supervivencia

MÉXICO- En los últimos días, la televisión abierta mexicana tuvo una bocanada de aire fresco. Entre amenazas de quiebra, regaños del presidente Andrés Manuel López Obrador, pleitos en redes sociales y raitings telenovelescos en picada, una versión de la vida privada de los famosos locales filmados día y noche hasta en los retretes salió al quite.

La Casa de los Famosos logró una serie de récords que no esperaba Televisa y su plataforma streaming VIX+ y al final de la transmisión de 10 semanas en que los concursantes lucharon día y noche por convivir con las diferencias de hábitos, chismes y retos logró varios retos, entre otros, captar la atención de 20 millones de personas. 

En la Gran Final del domingo 13 de agosto, 80 millones de usuarios utilizaron sus cuentas para conversar en el internet sobre el reality show y a lo largo de la transmisión obtuvo 30 trendign topic a nivel nacional y cinco tendencias en Google durante la gran final.

El éxito en general derivó en un largo y triunfante comunicado de la empresa que analistas de medios interpretaron como una necesidad de destacar un lado positivo y el reconocimiento de que la televisión abierta mexicana está muy lejos de las glorias de antaño.

Ahora, más bien, se encuentra en una lucha de altibajos en sus finanzas, raitings, caídas en la bolsa y la pérdida de brillo frente a las plataformas de streaming que, aunque no es algo nuevo, aún sorprende que se mantenga en la racha de “supervivencia” de la que cual se hablaba al menos desde 2017.

En ese tiempo, un análisis de la revista Forbes señaló que la debacle de la televisión abierta —cuyo poder llegó a imponer presidentes en el país— se debía principalmente a cinco factores: su poca flexibilidad por el tamaño de las compañías, la falta de diversificación de sus públicos; la falta de originalidad y calidad de sus contenidos así como de agudeza para adaptar figuras populares de internet a la pantalla chica.

Seis años después, uno de los productos estrella sigue en entredicho. Si bien las telenovelas clásicas mantienen ciertas audiencias a través de streaming (VIX, en el  caso de Televisa), las nuevas producciones nuevas no repuntan. 

Vencer la culpa, por ejemplo, tiene apenas 2.2 millones y otra de sus grandes apuestas y Tierra apenas alcanzó los 900,000 mientras Televisión Azteca cumplió ocho años sin producir telenovelas.

¿Las estrellas?

Una muestra de las agitadas aguas en las dos principales televisoras del país, se encuentra en los resultados más recientes de sus finanzas llenos de altibajos, anuncios de triunfos y fracasos. En mayo pasado, por ejemplo, TelevisaUnivisión cantó sus buenos resultados del trimestre 2023.

Entre otros triunfos destacó que los ingresos de la compañía aumentaron un 5% a 1.34 mil millones en comparación con el mismo período del año pasado, impulsados principalmente por el crecimiento de sus negocios de publicidad y suscripción. Dijo que la publicidad experimentó un aumento del 6% y las suscripciones un 4%.

La compañía produjo más de 900 horas de contenido original en el segundo trimestre, incluidos programas populares como “La Voz”, “Exatlón” y “Narcos: México” que ayudaron a atraer espectadores a las plataformas de la compañía y fortalecer su posición en el mercado de medios en español y hasta en China.

Sin embargo, para julio, la Bolsa Mexicana de Valores detalló que las ganancias de Grupo Televisa se desplomaron en el segundo trimestre del año, al registrar 172.5 millones de pesos, lo que representa apenas cinco por ciento del monto reportado en el mismo periodo del año pasado.

La empresa de Emilio Azcárraga informó a la Bolsa Mexicana de Valores que sus estados financieros se ajustaron para reflejar el impacto de la transacción con TelevisaUnivision, la cual concluyó el 31 de enero de 2022.

Televisa se fusionó con Univisión para crear la plataforma de contenidos en español más grande del mundo, con un potencial de 600 millones de espectadores.

Un magnate en apuros

Lejos de la discreción de los millonarios mexicanos, Ricardo Salinas Pliego, es estridente y retador incluso en tiempos de vacas flacas, como ahora aparece con su producto estrella y desde donde ha visto crecer su fortuna: TV Azteca.

Tiene una deuda de impuestos millonaria con el gobierno mexicano, de la cual ya pagó una parte (alrededor de 25 millones de dólares en el tipo de cambio actual) y mantiene una en litigio por otros 1,125 millones de dólares. 

En la vida pública, la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) suspendió el 1 de junio la cotización de TV Azteca por no entregar sus reportes financieros en medio de un conflicto con sus acreedores.

El hecho ocurrió luego de que un grupo de acreedores hizo en marzo pasado “una petición involuntaria” para declarar en quiebra a la empresa de telecomunicaciones bajo el Capítulo 11 de Estados Unidos ante la Corte de Bancarrota del Distrito Sur de Nueva York.

La compañía mexicana prometió entonces mediar con sus tenedores de bonos pasivos por un total de más de 63 millones de dólares.

“Reiteramos que continuaremos trabajando con una estricta disciplina financiera, gracias a la cual nuestra operación se mantiene sólida a fin de seguir generando los mejores contenidos para nuestras audiencias en televisión abierta y medios digitales”, señaló en un comunicado en esa ocasión.

Entre el poder y la supervivencia

En el torbellino financiero persiste la tensión política. El presidente López Obrador ha tenido una relación de amor odio con las televisoras a las que en otros tiempos acusó de boicotear su proyecto de igualdad y lucha anticorrupción así como de favorecer a las clases privilegiadas, pero también los ha beneficiado con publicidad oficial, aunque menor que en otros sexenios. 

Particularmente con Ricardo Salinas Pliego tuvo un periodo de romance al nombrarlo  su asesor y entregar a Banco Azteca la entrega de algunos subsidios sociales, pero en los últimos meses se han distanciado por la deuda fiscal del magnate mientas que a Televisa continúa acusándola de un medio informativo parcial. 

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