Crimen organizado desafía al Estado mexicano con drones
La Guardia Nacional anunció que compró diversos artefactos para hacer frente, pero falta personal y el crimen organizado les lleva algunos años de delantera en el uso
MÉXICO- Un comandante de policía encontró un dron armado en el patio de su casa, cuando se disponía a tomar el fresco y descansar de sus labores profesionales en Tecate, Baja California. Más confundido que temeroso se acercó al artefacto y lo que vio lo dejó boquiabierto: dos granadas y una nota.
“Deja de meterte en nuestros asuntos”, advertía con una caligrafía que parecía más garabato que algo serio, pero ahí estaba: una de las primeras intimidaciones que adelantaron desde 2017 cuál sería la nueva estrategia de las organizaciones criminales: el uso de la tecnología de vuelo en contra de quienes estorben.
Cualquiera puede interponerse en sus planes criminales de tráfico de droga y control de territorio: policías, militares, políticos, autodefensas, grupos rivales y hasta pobladores de sitios en disputa.
Un informe de la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena) que avaló recientemente la Comisión de Seguridad de la Cámara de Diputados, documentó que hay un incremento en el uso de drones en el país: desde el 2020 sumaron 605 ataques, principalmente en Michoacán, Guerrero y Tamaulipas, aunque ninguna entidad está exenta.
Antes de la fecha del informe que los militares hicieron público, medios de comunicación documentaron que algunos de los primeros blancos eran agentes del orden público. Entre otros casos, en Aguililla, Michoacán, dos policías que despejaban una carretera bloqueada fueron atacados por bombas activadas desde un dron. Ambos resultaron heridos.
Otros casos fueron publicaciones de los cárteles en redes sociales. En Tecate, Baja California, el 10 de julio de 2018; en Puebla los días 26 y 27 de abril de 2020; Tepalcatepec, Michoacán, el 25 de julio de 2020; Aguililla, Michoacán, el 20 de abril de 2021; San Andrés Cholula, Puebla, el 22 de abril de 2021; y Tepalcatepec, Michoacán el 4 de mayo de 2021.
En la mayoría de estos ataques el objetivo parecían ser en contra de enemigos de plaza, pero en tiempos más recientes, se han atacado comunidades enteras, como ocurrió en seis ocasiones durantes este año a la comunidad Nuevo Poblado el Caracol, en el municipio de Heliodoro Castillo, en la sierra de Guerrero, donde dos personas han muerto.
El último de estos ataques fue el sábado 26 de agosto pasado a mediodía, según el Centro de Derechos de las víctimas de violencia Minerva Bello a cargo del sacerdote Filiberto Velázquez.
“El nivel de control es tal que paralizan a la gente con los puros drones: ya no saben si irse o quedarse ”, advirtió el cura. “No tienen ni para comer y necesitan medicamentos: nosotros los hemos llevado en caravana pero corremos el riesgo expuestos al nivel de tecnología para el control de las plazas”.
En esta área hay cultivos de marihuana, amapola y se han hecho intentos de introducir hoja de coca.
USOS Y RETOS
Con el paso de los años, las organizaciones criminales han dado los usos más variados a los drones con poca inversión (los costos son de alrededor de 550 dólares en el mercado mexicano); pueden ser para observar, explorar y recopilar información y así respaldar sus propias operaciones con unidades de infantería, armas antitanque, granadas propulsadas por cohetes, más rifles antimaterial calibre .50 y ametralladoras de varios calibres, según Insight Crime.
Los expertos de investigación de crimen internacional señalan que los cárteles también están utilizando videos grabados por drones para propaganda y operaciones relacionadas, imágenes fijas y videos para transmitir sus narrativas entre la población del país y responder a gobiernos tal y como lo han hecho durante décadas en sus publicaciones en las redes sociales.
“Este mensaje puede abordar tanto temas de patrocinio, como los relacionados con el bandolerismo social y los arquetipos de jefe benévolo (jefe de plaza), como los relacionados con el conflicto y la barbarie, incluido lo que puede considerarse la aplicación de tácticas de narcoterrorismo y abuso psicológico continuo”.
En su análisis Drones y delincuencia organizada, la consultora IntelBrief advirtió que los cárteles están reclutando en sus filas “brigadas” de personal especializado y sugirió poner atención en el secuestro de ingenieros o estudiantes de ingeniería con capacidades para el manejo de drones y telecomunicaciones.
Entre las medidas que ha tomado el gobierno mexicano para hacer frente al problema fue presionar al gobierno chino para restringir la exportación de los artefactos pues en la mayoría de los decomisos de la Sedena tenían el sello “made in china”.
Otra medida contempla una iniciativa de ley del presidente Andrés Manuel López Obrador que actualmente se encuentra en discusión en la Cámara de Diputados para incrementar las penas por el uso de esta tecnología, aunque el principal foco de atención está en otro lado:
Justamente en la falta de personal en las diversas corporaciones policiacas para emprender un contrataque con otros drones.
A mediados de agosto pasado, la Guardia Nacional informó en un comunicado que destinará alrededor de 13.5 millones de dólares una flotilla de drones aérea y acuática, “la compra de su tipo más grande jamás registrada en el país” con la que quiere fortalecer operaciones de vigilancia y combate a los cárteles de la droga, e incluso organizaciones dedicadas al secuestro y la extorsión.
En esta crisis, diversas corporaciones policiacas han reconocido que no tienen suficiente personal capacitado, a diferencia de los carteles que les lleva terreno en el uso de esta tecnología. La misma guardia nacional reconoció el año pasado que apenas iba a entrenar a 24 integrantes de su Dirección General de Inteligencia.
Los pilotos de drones necesitan capacitación en tecnología VANT, según informó. Esto es fotogrametría, mapeo y R3D con drones; trayectoria de vuelo, levantamiento de imágenes y control terrestre y Procesamiento de imágenes con Pix4D.
En experiencias internacionales, la policía británica informó que el reto principal que ha tenido para enfrentar el uso de drones por parte de delincuentes es que no es fácil identificar al piloto de estos artefactos a control remoto. Además, los drones son alterados para borrar la data sobre el vuelo y aún no lo logran; en otras ocasiones, detienen al sospechoso del manejo, pero no al aparato.
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