Conoce las humildes casas donde crecieron Francisca, Clarissa Molina y Alejandra Espinoza

El reality show ‘Nuestra Belleza Latina’ vio salir a varias mujeres que todavía siguen vigentes en diversas señales de televisión, como es el caso de Francisca, Clarissa Molina y Alejandra Espinoza, quienes desde su salida de la emisión forman parte del equipo de presentadoras y actrices de Univision.

A pesar de que hoy gozan de la fama y del reconocimiento, la vida para estas 3 mujeres no siempre fue sencilla, pues las 3 tienen en común sus orígenes humildes en sus países de origen, como República Dominicana y México.

A continuación te mostramos las casas en las que estas 3 reinas de belleza pasaron grandes, pero también muy duros momentos por la falta de dinero y de calidad de vida.

Francisca

En un recorrido que hizo por su barrio en 2016, la esposa del italiano Francesco Zampogna y mamá de Gnenaro nos mostró cómo lucía en aquel entonces el hogar que compartió con Doña Divina, su mamá, y con sus hermanos. Su papá murió desde que ella tenía cinco años.

La casa, la cual ya fue remodelada y ampliada en diciembre de 2017, era de un solo piso y su fachada combinaba los tonos café y naranja, mientras que su techo era de color rojo.

Cocina

La siguiente habitación que nos presumió fue su cocina, la cual era abierta y algo pequeña. Tenía una alacena de color café y electrodomésticos de color blanco.

Comedor

A continuación nos mostró su comedor, el cual estaba compuesto por una mesa antigua de madera con espacio para seis personas y por un mueble en el que tenían un equipo de sonido.

Sala

Al cruzar la puerta de acceso, que era de tono blanco, había una pequeña sala conformada por un sillón que combinada los tonos claros y oscuros con cojines de color naranja. A un costado de su sala tenía un mueble con un espejo y una oración impresa en papel.

Patio

A través del comedor se salía a un pequeño patio, en el que su mamá solía tener algunas plantas y ciertos muebles de exterior.

Doña Divina recibió la casa como herencia de su mamá, por lo que su antigüedad y la falta de mantenimiento la hacían algo peligrosa para vivir, razón por la que Francisca decidió ampliarla y reforzarla para que pudiera seguir siendo el hogar de su mamá y su familia por muchos años más.

Clarissa Molina

La propiedad, que sigue perteneciendo a su familia y en la que vivió hasta los 15 años, se localiza en la comunidad de Santiago de Caballeros, considerada como una de las ciudades más importantes de la zona interior de la isla caribeña.

Cocina

La cocina, que es un tanto pequeña y semicerrada, cuenta con una alacena de color café, así como con electrodomésticos antiguos.

Su apartamento es tan chico que sus papás se la tuvieron que ingeniar para encontrarle espacio a todo, por lo que a un costado de la cocina habilitaron un mueble para guardar las herramientas y otros artículos útiles para la reparación de su hogar.

Comedor

En su comedor, el cual se conectaba con la sala, Clarissa y su familia tenían una mesa con capacidad para seis personas y desde ahí veía la televisión mientras comía.

Sala

En cuanto se cruzaba la puerta, la primera habitación que se veía era la sala, la cual contaba con un espacio muy reducido, por lo que solo tenía unos cuantos muebles y sillones.

Recámara

Durante el tour que hizo por su casa, la participante de Nuestra Belleza Latina 2015 nos llevó a conocer su recámara, que en la actualidad es el dormitorio de un tío.

Azotea

Las espectaculares vistas que tiene desde lo alto de su edificio, de tres pisos, hicieron que su azotea fuera uno de su sitios favoritos durante su niñez.

Alejandra Espinoza

La mamá del pequeño Matteo regresó a su casa, de dos pisos, con motivo de su programa ‘Alejandra la de Tijuana’, en donde recordó que tras cruzar la puerta de entrada estaba la sala, el comedor y la cocina.
Alejandra compartía recámara con todos sus hermanos, mientras que sus papás, Rosa María y Don José, dormían en la otra habitación.

A pesar de ser pequeña, la propiedad contaba con un patio trasero en el que todos los hermanos amaban divertirse. Alejandra, por ejemplo, aprovechaba ese espacio para hacer sus coreografías.

Al notar que su familia crecía y crecía, Don José decidió realizar una ampliación en la azotea, donde construyó una habitación para él y su esposa, pues ya no cabían todos en las dos habitaciones que originalmente tenían.

Además de convertirse en el dormitorio de sus papás, la azotea también era utilizada por la familia para organizar unas exquisitas barbacoas.

“Toda la casa, así como la ven, mi papá la hizo solito. Mi papá no es arquitecto, mi papá es doctor. Mi papá no sabe nada de esto, sin embargo, todo lo hizo él. Se quedó a medias, nunca tuvimos el dinero suficiente como para terminar la casa, siempre le faltaron ventanas”, recordó la también actriz.

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