Científicos crean pequeños robots de células humanas que son capaces de regenerar tejidos
Los Anthrobots son pequeños robots biológicos hechos de células traqueales humanas, capaces de estimular el crecimiento de neuronas dañadas y ahora son clave para la regeneración y curación de tejidos
Científicos de la Universidad de Tufts y el Instituto Wyss de la Universidad de Harvard han desarrollado Anthrobots, pequeños robots biológicos hechos de células traqueales humanas. Estos diminutos guerreros celulares, que varían en tamaño desde el ancho de un cabello humano hasta la punta de un lápiz afilado, han demostrado tener un sorprendente poder curativo al estimular el crecimiento de neuronas en áreas dañadas.
Este innovador proyecto, liderado por el profesor de biología Michael Levin y su estudiante de doctorado Gizem Gumuskaya, surge como una evolución de la investigación previa que dio origen a los Xenobots, robots biológicos multicelulares derivados de células de embriones de rana.
A diferencia de los Xenobots, los Anthrobots se crean a partir de células humanas adultas sin necesidad de modificación genética, marcando un hito significativo en la capacidad de utilizar biobots derivados directamente de pacientes.
El estudio publicado en Advanced Science, revela que estos Anthrobots son capaces de autoensamblarse y muestran un efecto curativo notable en células circundantes. Los investigadores exploraron la capacidad de las células humanas para reiniciarse después de décadas de inactividad en la tráquea, descubriendo que podían crear nuevas estructuras multicelulares y moverse de manera coordinada sobre superficies de neuronas cultivadas.
Estimulación del crecimiento neuronal
Aunque aún no se comprende completamente cómo los Anthrobots estimulan el crecimiento neuronal, se observó que las neuronas crecían significativamente en áreas cubiertas por conjuntos agrupados de Anthrobots, denominados “superbots”. Este fenómeno plantea preguntas fascinantes sobre las posibilidades terapéuticas de estos diminutos constructores celulares.
Los Anthrobots ofrecen ventajas significativas al utilizar células humanas, lo que elimina el riesgo de respuestas inmunes adversas o la necesidad de inmunosupresores. Además, tienen una vida útil limitada de unas pocas semanas, lo que permite su descomposición natural y reabsorción por el cuerpo después de completar su tarea, sin riesgo de exposición o propagación fuera del laboratorio.
Gumuskaya destacó la versatilidad y escalabilidad de los Anthrobots, subrayando la posibilidad de producir enjambres de estos robots para desarrollar herramientas terapéuticas a gran escala. Los investigadores también exploraron la capacidad de los Anthrobots para curar heridas en un entorno de laboratorio, donde demostraron una eficiente curación de tejido neural vivo al estimular el recrecimiento neuronal.
Los Anthrobots no solo ofrecen un potencial revolucionario en la curación de neuronas, sino que también abren la puerta a diversas aplicaciones médicas futuras. Desde la eliminación de acumulaciones de placa en arterias hasta la reparación de daños en la médula espinal, estos pequeños constructores celulares podrían desempeñar un papel crucial en el futuro de la medicina regenerativa.
Gumuskaya enfatizó que el proyecto se basa en la capacidad inherente de las células para autoensamblarse en estructuras más grandes, lo que no solo facilita la construcción de Anthrobots, sino que también proporciona una visión valiosa sobre cómo las células se ensamblan naturalmente para crear tejidos y órganos en el cuerpo.
En última instancia, los Anthrobots representan un emocionante paso adelante en la integración de la biología y la robótica para abordar desafíos médicos. A medida que los científicos continúan explorando las capacidades de estos diminutos guerreros celulares, el futuro podría ver una revolución en la forma en que tratamos y curamos enfermedades mediante terapias regenerativas y biobótica.
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