Telmo Castro, el excapitán del Ejército que ayudó al Chapo Guzmán a expandirse en Ecuador

La violencia que se vive en Ecuador es el resultado de las operaciones del crimen organizado, el cual ha sido ampliamente influenciado por el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), siendo la organización fundada por Joaquín “El Chapo” Guzman la primera que empezó a expandirse en aquella nación.

Señalado por EE.UU. como el cártel más grande del mundo, ha ampliado sus tentáculos a muchas naciones, superando incluso a cárteles colombianos y, para lograrlo, se valió de colaboraciones internacionales donde la corrupción de algunos funcionarios fue clave para su operación.

Desde 2003 el Cártel de Sinaloa tiene presencia en Ecuador, y tras más de 20 años de operar allí la violencia ha crecido como una bola de nieve.

En un principio la presencia de la organización actualmente dirigida por Ismael “El Mayo” Zambada era mediante emisarios que se encargaban de coordinar la salida de droga a través de aeronaves, lanchas rápidas y contenedores que se dirigían a Centroamérica y Norteamérica.

En ese punto, una figura que debía combatir a esas organizaciones empezó a trabajar para ellas, se trata de Telmo Castro, quien era capitán del Ejército de Ecuador y laboraba para la inteligencia de la dependencia.

El papel de excapitan en el tráfico de drogas

La seducción por el narco llegó cuando él se encontraba en la frontera con Colombia, así fue como comenzó a hacer alianza con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), según dio a conocer InSight Crime en un artículo.

Otra alianza resultó vital para que Castro ayudara al Cártel de Sinaloa, y fue la que hizo con el narcotraficante colombiano Jorge Cifuentes, quien era lugarteniente de la organización criminal –y después fue testigo clave para la condena de “El Chapo”-. Este hombre creó una red para el trasiego de drogas y el excapitan fue parte de su engranaje.

Castro se encargaba de recoger los cargamentos de droga en la región fronteriza y llevarlos a los puntos de despacho, lo hacía en vehículos militares escoltados con personal del ejército. Por ese servicio cobraba 100 dólares por kilo, lo que le reportaba pagos de hasta 600,000 dólares por “servicio”, según la declaración de Cifuentes en el juicio contra El Chapo, publicada por AP.

El exmilitar fue detenido por primera vez en 2009 cuando escoltaba un cargamento de cocaína, tras ser liberado se mudó a Venezuela, ahí “El Capi” como también se le conocía a Castro, comenzó a comprar su propia cocaína y a enviarla en vuelos clandestinos.

“El Capi” se sentía en la cumbre cuando fue secuestrado por los mexicanos, quienes le exigieron les devolviera los montos de pérdidas registradas, él entregó propiedades, fue liberado y siguió colaborando con ellos, convirtiéndose en el traficante estrella.

Ayudó al Chapo a expandirse por Ecuador usando la vía aérea, misma que fue clave para su segunda detención en 2013, la cual ocurrió en El Empalme cuando aterrizaba una narcoavioneta, según informa El Universo. Volvió a salir y a ser arrestado.

Condena y muerte

“La tercera es la vencida” es una frase conocida y aplicó para Castro, pues si bien dos veces logró recuperar su libertad, el tercer arresto fue otra historia, ya que se le condenó por narcotráfico.

En un narcocorrido inspirado en él se dice que “la fiera no duraría mucho tiempo enjaulada”, y así fue, pero no porque se escapara como su socio El Chapo, sino porque murió en prisión.

Poco después de que los hermanos Cifuentes lo mencionaran en sus testimonios contra Guzmán Loera, en diciembre de 2019 el cuerpo de Castro fue hallado en su celda en Guayaquil en un charco de sangre; estaba desnudo, atado de pies y manos, le dieron 15 puñaladas.

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