Rigoberta Menchú propone “un gobierno mundial” frente a violencia y migración

La activista guatemalteca creció en un país afectado por un conflicto armado entre el gobierno y una guerrilla que reivindicaba justicia social

Rigoberta Menchú propone “un gobierno mundial” frente a violencia y migración

Sus actividades en la Fundación Rigoberta Menchú y porque son un símbolo de lo que ella busca para el mundo y su misión de vida, que es el bien común. Crédito: Nick Wagner | AP

MÉXICO- Cada vez que tiene oportunidad, la premio Nobel de la Paz 1992, Rigoberta Menchú, visita las comunidades mexicanas en las que se asentaron los guatemaltecos que salieron huyendo de un conflicto armado en los años 80 del siglo pasado y se han integrado totalmente en los estados de Chiapas, Campeche y Quintana Roo.

Acude como parte de sus actividades de la Fundación Rigoberta Menchú y porque son un símbolo de lo que ella busca para el mundo y su misión de vida, que es el bien común.

Pero quizás signifiquen más, dice en entrevista con este diario: “En México los guatemaletecos se han beneficiado del exilio durante muchas décadas debido a los conflictos regionales y aquí han encontrado hospitalidad”.

Una muestra tangible de los resultados de un sueño mayúsculo de esta mujer multigalardonada con 27 Honoris Causa en distintas universidades: un gobierno mundial.

Digiere el concepto en entrevista con este diario en la oficina de la representación de su fundación en México, donde anunció la firma de convenios de colaboración con la Fundación por un México Mejor, de Farmacias Similares, para extender la  ayuda de ésta a personas con discapacidad y el cuidado del medioambiente, en Guatemala.

Fundación México mejor ha llevado medicamentos libres de patentes y algunos programas filántropicos, a poblados minúsculos como Chimel, donde nació ella en1959). Por ello ahora la activista promueve al “Dr. Simi”, como se conoce a la empresa, para el Nobel. 

Una integración, pues.

Siempre hay algo que me une a México, fui exiliada aquí, como muchos de mis hermanos, y ahora estamos proyectando una agenda regional e internacional”, destaca.

La activista guatemalteca creció en un país afectado por un conflicto armado entre el gobierno y una guerrilla que reivindicaba justicia social.

Rigoberta Menchú propone “un gobierno mundial” frente a violencia y migración
“En México los guatemaletecos se han beneficiado del exilio durante muchas décadas”, dijo Menchú.
Crédito: Moises Castillo | AP

En las políticas de persecución oficial contra la población indígena maya su madre y su hermano mayor fueron torturados y asesinados por los militares; su padre, quemado vivo durante una protesta. 

En 1977, Menchú comenzó a militar en el Comité Unidad Campesina y huyó a México en el éxodo masivo de 1981 desde donde continuó con las denuncias y contribuyó a la elaboración de la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas en la ONU.

Sabe tanto del martirio como de la gobernanza y las buenas prácticas que tienen que enseñar las comunidades indígenas al mundo.

 “No se nos ha escuchado, pero eso ya no es lo importante”, comenta. “Hay que pasar a la acción”.

De ello da fe el sistema de derecho ancestral, donde la gente de las comunidades se involucra para protegerse. Particularmente en estos tiempos que la violencia derivada del crimen organizado y la impunidad expulsan a miles de Guatemala, de México y toda Latinoamérica.

“Se habla de autodeterminación de las naciones, pero también hay autodeterminación de los pueblos, de las comunidades y regiones y si ahora hay un caos global hay que buscar nuevos caminos”, destaca. “¿Comó voy a proteger un bosque si no cuento con quienes viven en el bosque?”

Para ello, agrega, hace falta promover la cultura del servicio comunitario sin remuneración en el que todos los ciudadanos debería participar por lo que implica tener un mejor lugar, de la imagen al cuidado del agua y hasta la seguridad pública. 

“En el sistema de derecho ancestral las comunidades deciden cómo protegerse y proteger lo suyos y ha sido exitoso en muchos casos”, destaca. “Entonces, hay que sacudirnos un poco con preguntas que parecen inalcanzables pero que nos da tiempo de comprender con nuevas ideas y aplicarlas a nivel global.

– ¿Un gobierno mundial no sería algo similar a la Organización de las Naciones Unidas (ONU)?

– Habría qué ver lo que tenemos reformar en las naciones unidas, en los parlamentos, las instituciones… Y también mirar a la ciudadanía porque se excluye a la gente de las soluciones, a veces las soluciones también están en el ámbito local. Yo creo que la participación ciudadana.

¿MIGRACION?

El concepto de naciones es muy reciente en la historia de la humanidad: del siglo XIX en adelante y una de las muestras de la incomprensión del ser humano por esos límites es el cruce de fronteras, el ir y venir, entre ellas, las comunidades de guatemaltecos a las que pertenece Menchú. 

El estado de Chiapas fue parte de Guatemala y luego decidieron anexarse a México; siglos después, durante la persecución a la guerrilla, lo más fácil fue mudarse a Chiapas y de ahí reubicarse …

En días recientes miles de guatemaltecos cruzan a México para llegar a Estados Unidos, para hacer comercio, para estudiar y hasta para hacer celebraciones religiosas por la cuaresma.

Los guatemaltecos celebran al Cristo de las Tres Caídas en la comunidad de Tecún Umán y aprovechan para cruzar al lado mexicano donde se instalan decenas de comerciantes en la denominada Feria del Primer Viernes en Suchiate, Chiapas.

“Somos hermanos”, insiste Menchú.

Rigoberta Menchú propone “un gobierno mundial” frente a violencia y migración
“Se habla de autodeterminación de las naciones, pero también hay autodeterminación de los pueblos”, manifestó.
Crédito: Moises Castillo | AP

“Durante muchas décadas, debido a los conflictos regionales que se viven en Guatemala y Centroamérica, aquí se han encontrado hospitalidad nuestros hermanos indígenas porque el rostro de la migración nacional es indígena, es joven también y se prepararon para la vida y luego no pudieron soñar y simplemente van y buscan donde hay: por eso la paz debe ser mundial”.

Por la Guerra Civil en Guatemala se estima que alrededor de 46,000 guatemaltecos se refugiaron en distintos asentamientos en el estado de Chiapas y posteriormente fueron reubicados oficialmente en Campeche y Quintana Roo.

Seis años después les dieron la opción: quedarse o volver. La mitad se hizo mexicana.

“El modelo de dos soluciones duraderas fue único en el mundo. Tenían la opción de la repatriación y la de integración. Aquí había grupos muy definidos que ya habían decidido quedarse en México bajo las condiciones que fueran”, indica Marlen Pozos Lanz, quien trabajó para la ACNUR de 1987 a 2000. 

La oficina de la ONU para las migraciones (ACNUR) empujó que los asentamientos formales se crearon en zonas deshabitadas donde la misma población refugiada construyó sus casas en lotes donados por ACNUR. 

Por ejemplo, en Santo Domingo Kesté, Campeche, se compró, a través de un fideicomiso, un rancho particular que contaba con un área de producción de frutales y un rancho ganadero. También financió a agricultores con créditos para producir las tierras que pagaron al recuperarlo con las cosechas.

Entonces, dice Menchú bajo su propia experiencia y la de los suyos: “Todas las crisis son oportunidades y ahora tenemos un grave problema con la inseguridad en nuestros países para mejorar el mundo”. 

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