Un suplemento diario de fibra mejora la cognición de las personas mayores
Un estudio encontró que los suplementos diarios de fibra, como la inulina y el FOS, pueden mejorar la función cerebral en personas mayores de 60 años en solo 12 semanas
Un nuevo estudio revela que los suplementos diarios de fibra podrían ser clave para mejorar la función cerebral en personas mayores de 60 años, ofreciendo una solución económica y accesible para combatir los primeros signos de la enfermedad de Alzheimer.
La investigación, liderada por el King’s College de Londres y publicada en Nature Communications, arroja luz sobre el impacto positivo de la inulina y el FOS, dos tipos de fibra vegetal, en la salud cerebral.
El estudio, realizado en colaboración con TwinsUK, el registro de gemelos adultos más grande del Reino Unido, reclutó a 36 pares de gemelos, sumando un total de 72 individuos mayores de 60 años. Durante un período de 12 semanas, los participantes recibieron un placebo o un suplemento diario de fibra, mientras realizaban ejercicios de resistencia y consumían un suplemento proteico para mejorar la función muscular.
Los resultados revelaron que aquellos que recibieron el suplemento de fibra experimentaron cambios significativos en la composición de su microbioma intestinal, con un aumento notable en la presencia de bacterias beneficiosas como Bifidobacterium.
Aunque no se observaron diferencias significativas en la fuerza muscular entre los grupos, aquellos que tomaron los suplementos de fibra mostraron mejoras en las pruebas cognitivas, incluida una mejora en la prueba de aprendizaje de Paired Associates, que es un indicador temprano de la enfermedad de Alzheimer, así como en pruebas de tiempo de reacción y velocidad de procesamiento.
Proteger la salud del cerebro
La Dra. Mary Ni Lochlainn, primera autora del estudio, expresó su entusiasmo por los resultados obtenidos en tan solo 12 semanas. “Esto es muy prometedor para mejorar la salud del cerebro y la memoria en nuestra población que envejece“, dijo, destacando la importancia de entender los vínculos entre el intestino y el cerebro para promover un envejecimiento saludable.
La profesora Claire Steves, autora principal del estudio, enfatizó la accesibilidad y seguridad de estos suplementos de fibra vegetal, que podrían beneficiar a un amplio espectro de personas, especialmente en tiempos de restricciones económicas. “Nuestra próxima tarea es investigar si estos efectos se mantienen a largo plazo y en grupos más grandes de personas”, agregó.
Un aspecto innovador del estudio fue su diseño remoto, que permitió la participación de adultos mayores sin la necesidad de viajes extensos o visitas al hospital. A través de monitoreo remoto por video, cuestionarios en línea y pruebas cognitivas, los investigadores pudieron evaluar el progreso de los participantes de manera efectiva.
Aunque se reconocen desafíos como la alfabetización digital y el acceso a la tecnología necesaria, los investigadores están comprometidos a abordar estos problemas en futuros proyectos a mayor escala. El objetivo final es mejorar la calidad de vida de las poblaciones envejecidas en todo el mundo, ofreciendo soluciones prácticas y rentables para mantener la salud cerebral y física en la edad avanzada.
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