Sarampión en Estados Unidos: qué debes saber
Las autoridades de salud pública vigilan los casos de sarampión y las tasas de vacunación contra la infección viral que causa fiebre, sarpullido y tos, que puede complicarse con infecciones graves
En lo que va del año, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) han informado 45 casos de sarampión en 17 jurisdicciones de Estados Unidos. Esto marca un aumento en comparación con el año anterior, cuando se reportaron 58 casos en todo el año. Esta tendencia ha puesto en alerta a las autoridades de salud pública y ha por ende, sobre la importancia de la vacunación y la prevención.
El sarampión, una enfermedad viral altamente contagiosa, se consideraba erradicado en Estados Unidos durante casi 25 años. Sin embargo, recientes brotes y el aumento en los casos ponen en relieve la fragilidad de esta situación.
La reintroducción del virus en el país generalmente ocurre cuando es traído desde el extranjero por viajeros no vacunados. Con más de 9 millones de casos y 136.000 muertes en todo el mundo en 2022, el sarampión sigue siendo una amenaza global.
Los niños no vacunados y las personas inmunocomprometidas son los más vulnerables a las complicaciones del sarampión, que incluyen infecciones graves y potencialmente mortales en los oídos, los pulmones y el cerebro. Además, aproximadamente una de cada cinco personas no vacunadas infectadas requiere hospitalización, y entre una y tres de cada 1.000 infecciones resultan en muerte.
Este año, los casos de sarampión en Estados Unidos han surgido en múltiples ubicaciones dispersas por todo el país, en contraste con brotes anteriores que se concentraron en comunidades específicas.
Este patrón presenta desafíos únicos para el control y la prevención, ya que la dispersión de casos dificulta la identificación de focos de infección y la implementación de medidas preventivas efectivas.
Falta de vacunación contra el sarampión
La falta de vacunación es un factor clave en el resurgimiento del sarampión en Estados Unidos. Según un informe de los CDC, aproximadamente el 7 por ciento de los niños en edad preescolar no han recibido la vacuna contra el sarampión, y las exenciones de vacunación alcanzaron un máximo histórico en algunos estados.
Además, muchos padres están optando por retrasar la vacunación de sus hijos, aumentando así la vulnerabilidad a los efectos más graves del sarampión.
La Organización Mundial de la Salud advierte que el riesgo de un brote de sarampión aumenta drásticamente si más del 5 por ciento de las personas en una comunidad no están vacunadas. Con tasas de no vacunación superiores al 5 por ciento en algunos estados y áreas geográficas, existe un alto riesgo de que el sarampión se propague aún más en Estados Unidos.
La vacunación sigue siendo la mejor estrategia para prevenir el sarampión y sus complicaciones. Por ejemplo, la vacuna triple vírica, que protege contra el sarampión, las paperas y la rubéola, es altamente efectiva y segura.
Se recomienda que todos los bebés reciban dos dosis de esta vacuna, la primera a los 12 meses y la segunda a los 4 o 6 años. Además, los adultos que no tienen evidencia de vacunación previa deben considerar la vacunación, especialmente aquellos que trabajan en el sector de la salud o planean viajar a áreas con alta circulación de sarampión.
La lucha contra el sarampión requiere un esfuerzo conjunto de la comunidad y el apoyo adecuado de las autoridades de salud pública. Es fundamental educar al público sobre la importancia de la vacunación, proporcionar acceso fácil a las vacunas y abordar las preocupaciones y la desinformación sobre las vacunas.
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