El triunfo de Monterrey sobre Inter Miami salpicado por algunos conatos de bronca en el estadio BBVA
La derrota de Messi y su Inter Miami generó varios conatos de bronca que afortunadamente no llegaron a mayores en las tribunas del estadio BBVA, empañando así la victoria del Monterrey y provocando una llamada de atención a la Concacaf
La fiesta que se vivió en el estadio BBVA con la victoria de los Rayados de Monterrey sobre el Inter Miami con todo y el astro argentino Lionel Messi, se vio salpicada por algunos conatos de bronca que se generaron en algunas zonas del “Gigante de Acero” como se le conoce a la casa del equipo dirigido por el argentino Fernando Ortiz, que afortunadamente no generaron más daños por la oportuna intervención de las fuerzas del orden.
Empero, este tipo de sucesos negativos es una llamada de atención para las autoridades de la Confederación Norte, Centroamérica y del Caribe de Fútbol (Concacaf), pues varios de los conatos de bronca estuvieron a punto de derivar en sucesos de mayor gravedad que no abonan nada bueno a la imagen de esta competencia internacional.
La frustración combinada con el alcohol, así como toda la serie de sucesos que rodearon el duelo de vuelta de los cuartos de final de la Concachampions, generaron que varios seguidores con las playeras con el número 10 que utiliza la estrella del Inter Miami, Lionel Messi buscarán con quien descargar su frustración por la contundente derrota 3-1 (global 5-2), llegando a los golpes con sus contrapartes de los Rayados de Monterrey.
Así se pudieron observar varios encuentros a puñetazos, jalones en las tribunas hasta la llegada de las fuerzas del orden que pusieron todo en control y retiraron a los rijosos, durante y después del histórico encuentro en el estadio BBVA por la presencia de Messi, la actual figura icónica del fútbol mundial.
El contexto de los brotes de violencia
El detonante de estos hechos violentos en las tribunas del estadio BBVA fue debido a los sucesos antideportivos que se generaron la semana pasada en el Chase Stadium de la ciudad de Fort Lauderdale, sede del Inter Miami, cuando Messi y el técnico del cuadro del sur de la Florida, el también argentino Gerardo Martino, así como el español Jordi Alba tuvieron un cruce de palabras, jaloneos y empujones al finalizar el juego donde Monterrey se impuso 1-2.
El asunto escaló en su polémica al grado de que Monterrey envió una protesta a la Concacaf para quejarse de una supuesta agresión contra el directivo José Antonio Noriega y supuestos insultos contra el argentino Nicolás Sánchez, auxiliar del técnico Fernando Ortiz.
Finalmente, la Concacaf impuso extraoficialmente una paupérrima multa que dejó en el aire toda una serie de piques que se vivieron en la cancha del estadio BBVA entre Messi y Fernando Ortiz, abonando así a la generación de insultos y provocaciones que derivaron en las pequeñas gradas en las tribunas del llamado “Gigante de Acero”.
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