Scarlett Johansson podría ir a juicio contra OpenAI por culpa de ChatGPT por este insólito motivo

Scarlett Johansson está considerando emprender acciones legales contra OpenAI después de que la compañía utilizara una voz sorprendentemente similar a la suya en su nuevo modelo de inteligencia artificial, GPT-4o. Johansson, quien ganó reconocimiento por su papel como la voz del asistente virtual Samantha en la película “Her” de 2013, ha expresado su preocupación por la potencial infracción de sus derechos de imagen y voz.

Controversia de GPT-4o

Todo comenzó cuando usuarios de redes sociales notaron que la voz de GPT-4o se parecía mucho a la de Johansson. Esta similitud no pasó desapercibida, generando comparaciones con su personaje en “Her”. Sam Altman, CEO de OpenAI, reconoció las similitudes al hacer referencia a la película en redes sociales, insinuando que la semejanza no era meramente coincidental.

Johansson y su equipo legal están buscando una compensación considerable y una orden judicial que impida cualquier uso futuro de su voz sin autorización. Argumentan que la reproducción no autorizada podría dañar la reputación de la actriz y causar confusión entre sus seguidores. Este caso pone de relieve la necesidad de regulaciones más estrictas sobre el uso de voces y semejanzas en tecnologías de inteligencia artificial.

IA en el centro del debate

Este incidente no es aislado. La replicación no autorizada de voces de celebridades por tecnologías de IA ha sido motivo de preocupación anteriormente. Este caso podría establecer un precedente importante sobre los límites y responsabilidades de las empresas tecnológicas. La voz de una persona es una parte fundamental de su identidad, y su uso sin consentimiento puede tener profundas implicaciones personales y profesionales.

El equipo legal de Johansson ha subrayado la importancia de este caso para establecer un marco legal que proteja a las personas de la explotación digital no autorizada. Este tema no solo afecta a celebridades, sino a cualquier individuo cuya identidad pueda ser replicada por tecnologías avanzadas sin su permiso.

El desenlace de este caso será seguido de cerca por la industria tecnológica y los defensores de la privacidad. La demanda de Johansson contra OpenAI podría definir cómo se manejan los derechos de voz y semejanza en el futuro. Encontrar un equilibrio entre la innovación tecnológica y la protección de los derechos individuales es más urgente que nunca.

La potencial demanda de Scarlett Johansson contra OpenAI destaca la rapidez con la que la tecnología está avanzando y la necesidad urgente de marcos legales y éticos para proteger a los individuos en esta nueva era digital.

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