Condenan a mujer de Chicago que ayudó a su madre en el crimen de joven embarazada para robar su bebé
Desiree Figueroa recibió una sentencia de 30 años de prisión luego de ayudar a su madre en el asesinato de una joven de 19 años que estaba embarazada, a quien le extrajeron el bebé del útero
Una mujer que admitió haber ayudado a su madre a matar a una joven embarazada y a sacar a su bebé del útero en 2019, fue sentenciada a 30 años de prisión.
Desiree Figueroa, de 29 años, se declaró culpable en enero de un cargo de asesinato en primer grado por el asesinato de Marlen Ochoa López, de 19 años, y acordó testificar contra su madre, Clarisa Figueroa, a cambio de una reducción de sentencia.
La jueza del condado de Cook, Peggy Chiampas, aceptó formalmente esa sentencia y la acusada recibirá crédito por los más de cinco años que ya pasó bajo custodia.
El mes pasado Clarisa Figueroa, la madre de Desiree, también se declaró culpable de su participación en el espantoso asesinato y fue sentenciada a 50 años de prisión, según informó CBS News.
Ambas mujeres fueron acusadas de secuestrar y matar a Ochoa López, desmembrar su cuerpo y encubrir su muerte y la de su bebé, a quien intentaron hacer pasar por hijo de Clarisa. El menor murió dos meses después del asesinato de su madre.
La policía y los fiscales dijeron que poco después de que el hijo adulto de Clarisa Figueroa muriera por causas naturales, ella le dijo a su familia que estaba embarazada.
Contactaron a la víctima en Facebook
Fue así como planeó durante meses adquirir un recién nacido, e incluso publicó una ecografía y fotos de una habitación decorada para un bebé en su página de Facebook. En marzo de 2019, ella y Ochoa López se conectaron en una página de Facebook para mujeres embarazadas.
Las dos se conocieron en persona por primera vez en abril de 2019, cuando Ochoa López fue a la casa de los Figueroa. La adolescente regresó tres semanas después para aceptar la oferta de Clarisa Figueroa de darle ropa de bebé gratis, detallaron los fiscales.
Ese día, mientras Desiree le mostraba a la joven un álbum de fotos de su difunto hermano para distraerla, Clarisa se acercó sigilosamente detrás de la víctima y la estranguló con una cuerda.
Una vez que Ochoa López dejó de dar señales de vida, Clarisa sacó al bebé de su útero con un cuchillo de carnicero y ella y su hija envolvieron el cuerpo de la joven en una manta, lo pusieron en una bolsa de plástico y lo arrastraron fuera de su casa en Southwest Side para meterlo en un cubo de basura, según los fiscales.
Más tarde, ese mismo día, Clarisa llamó al 911 reportando que su bebé recién nacido no respiraba. Cuando llegaron los socorristas, el niño estaba azul, por lo que fue trasladado al Christ Medical Center, donde murió dos meses después.
La verdadera identidad del menor no fue revelada hasta después, cuando la policía que investigaba la desaparición de Ochoa López realizó una prueba de ADN al bebé y confirmó que era de la joven asesinada.
El año pasado, el novio de Clarisa Figueroa, Piotr Bobak, se declaró culpable de un cargo de obstrucción de la justicia por ayudar a encubrir los asesinatos. Fue condenado a cuatro años de prisión y se le atribuyeron los tres años y ocho meses que ya había pasado en la cárcel, por lo que ya fue puesto en libertad.
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