La actriz Ashely Judd les exige a los demócratas no perder más tiempo para reemplazar a Biden

Convencida de que Joe Biden no logrará imponerse en las elecciones presidenciales a Donald Trump, Ashely Judd, actriz y activista en favor de los derechos reproductivos, le exige a la cúpula del Partido Demócrata tomar pronto cartas en el asunto y hacer a un lado al mandatario de la nación en la carrera por conservar la Casa Blanca.

Siguiendo una ruta similar a la de su colega George Clooney, la californiana de 56 años también escribió un artículo que fue publicado por el periódico USA Today, donde exhorta al demócrata de 81 años a dar un paso al costado para cederle la oportunidad a otro político en mejores condiciones de derrotar a Trump, pues de lo contrario un amplio sector de la población dejará de apoyarlo.

“La defensa de nuestros preciados derechos y libertades, el imperativo moral de que hagamos lo mejor por más personas y por nuestros cuerpos, no puede dejarse en manos de los votantes que ven y tienen miedo de las consecuencias de las obvias limitaciones del presidente Biden, o que ahora no van a votar”, escribió.

Aunque Judd reconoce los logros a Biden en los más de tres años que lleva al frente de la administración federal, considera que ha llegado el momento de renunciar a la idea de permanecer en Washington, pues de no hacerlo probablemente terminaría causándole un gran daño a los ciudadanos, lo cual debe hacérselo notar la cúpula demócrata.

“El Partido Demócrata no debe demorarse en agradecer al presidente Biden y apoyar a un demócrata talentoso y fuerte para que sea el candidato de nuestro partido. No tenemos un día más para distracciones o divisiones entre nosotros”, enfatizó.

A pesar de los comentarios de Ashely Judd, el mandatario de la nación permanece firme en la opción de continuar adelante con sus planes de no renunciar, pues asegura que los votantes le darán su respaldo en las urnas.

Mientras tanto, varios miembros de su propio partido se atreven a presagiar que, si no surge un cambio pronto, el desencanto de la ciudadanía se reflejaría en una posible pérdida de votos y con ello el control del Senado y más escaños cedidos en la Cámara de Representantes, lo cual se traduciría en un dominio total para los conservadores y su proyecto de nación a través de leyes controversiales carentes de un contrapeso político.

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