Los mosquitos pueden encontrarnos a través del calor corporal
El calor corporal, junto con el olor humano y el CO2, es clave para que los mosquitos encuentren a los humanos, revelando una nueva forma de comportamiento
Un reciente estudio ha demostrado que los mosquitos utilizan el calor corporal humano como una señal crítica para localizar a sus víctimas. Este hallazgo, publicado en la revista Nature, revela que el calor emitido por el cuerpo, similar a la temperatura de la piel humana, duplica la atracción de estos insectos hacia su objetivo, especialmente cuando se combina con dióxido de carbono y olores humanos.
El equipo de investigadores, dirigido por el profesor Craig Montell de la Universidad de California, Santa Bárbara (UCSB), diseñó un experimento que expuso a los mosquitos a diferentes combinaciones de estímulos en un entorno controlado.
En este experimento, los mosquitos fueron colocados en una jaula dividida en dos zonas, donde ambas áreas contenían olor humano y CO2, pero solo una zona tenía además radiación infrarroja, simulando el calor de la piel humana.
Los resultados fueron claros: la adición de calor aumentó significativamente la actividad de búsqueda de los mosquitos, revelando que el calor corporal es un factor determinante en la localización de humanos.
Sin embargo, la investigación también indicó que este calor no es efectivo de manera aislada; solo en combinación con otros estímulos como el CO2 y los olores humanos, los mosquitos son capaces de ubicar a sus víctimas con eficacia.
El co-investigador principal del estudio, Nicolas DeBeaubien, postdoctorado en la UCSB, destacó la sorpresa que supuso la contundencia de la señal térmica. Según DeBeaubien, al ajustar todos los parámetros correctamente, los resultados no dejaron lugar a dudas: el calor es una señal poderosa en la biología de los mosquitos.
Enfermedades causadas por mosquitos
Los mosquitos son conocidos por ser uno de los principales vectores de enfermedades infecciosas a nivel mundial, responsables de la propagación de enfermedades como la malaria, el dengue, la fiebre amarilla y el zika.
La malaria sola es culpable de más de 400,000 muertes anualmente, mientras que otras enfermedades transmitidas por estos insectos afectan a millones de personas cada año. Por lo tanto, entender cómo estos insectos encuentran a los humanos es crucial para desarrollar nuevas estrategias de control.
Los investigadores también descubrieron que los mosquitos poseen neuronas especializadas en la detección del calor en las puntas de sus antenas. Estas neuronas están equipadas con una proteína sensible a la temperatura llamada TRPA1, que es esencial para la percepción del calor.
Cuando estas antenas fueron manipuladas para bloquear la función de TRPA1, los mosquitos perdieron la capacidad de detectar calor, lo que subraya la importancia de esta señal en su comportamiento de búsqueda.
Este hallazgo no solo tiene implicaciones para comprender mejor el comportamiento de los mosquitos, sino que también podría ser aprovechado en el desarrollo de mejores trampas para estos insectos. Incorporar fuentes de calor en las trampas podría aumentar su efectividad al atraer a los mosquitos de manera más eficiente.
Además, la investigación proporciona una explicación científica de por qué la ropa holgada puede ser una defensa eficaz contra las picaduras de mosquitos. No solo crea una barrera física que impide a los insectos llegar a la piel, sino que también interfiere con su capacidad de detectar el calor corporal, reduciendo así su capacidad para encontrar a sus víctimas.
A pesar de su diminuto tamaño, los mosquitos son responsables de más muertes humanas que cualquier otro animal, un hecho que subraya la importancia de investigaciones como esta. Según DeBeaubien, la comprensión avanzada de cómo los mosquitos localizan a los humanos podría abrir nuevas vías para el control de enfermedades transmitidas por estos insectos, lo que podría salvar innumerables vidas en el futuro.
La investigación sobre el calor corporal como un factor en la búsqueda de hospedadores por parte de los mosquitos añade una pieza clave al rompecabezas de su compleja biología y ofrece nuevas esperanzas en la lucha contra las enfermedades que transmiten.
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