Cómo influyen los jugos de frutas y verduras en nuestra microbiota intestinal
Estudio revela que una dieta a base de jugos de frutas y verduras altera el microbioma intestinal y oral, con efectos potencialmente negativos en la salud
El estado de nuestra microbiota intestinal puede tener un impacto en la nutrición, la piel e incluso los pulmones. Crédito: fizkes | Shutterstock
Un estudio reciente publicado en la revista Nutrients investigó los efectos del consumo de jugos de frutas y verduras en la composición de la microbiota intestinal y oral, un tema que ha ganado relevancia debido al aumento de personas que sustituyen comidas completas por estos jugos, con la esperanza de desintoxicar su cuerpo. Sin embargo, esta tendencia alimentaria podría tener efectos adversos en la salud, tanto a nivel intestinal como bucal.
El microbioma intestinal y oral juega un papel fundamental en el metabolismo, la inmunidad y la salud general. La dieta moderna, rica en alimentos procesados y azúcares, y pobre en fibra, está vinculada a una serie de enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares. Los jugos de frutas y verduras, promovidos por sus propiedades desintoxicantes y ricos en vitaminas y antioxidantes, carecen de un componente crucial para la salud intestinal: la fibra insoluble.
La fibra es esencial para mantener un microbioma intestinal saludable, ya que alimenta a las bacterias beneficiosas que favorecen la digestión y la absorción de nutrientes. En cambio, los jugos, al ser eliminados de su pulpa, carecen de la fibra necesaria para asegurar el equilibrio microbiano adecuado.
Además, el alto contenido de azúcar en los jugos puede fomentar el crecimiento de bacterias proinflamatorias, lo que podría generar desequilibrios metabólicos e incluso comprometer la salud oral y digestiva.
Efectos de las dietas a corto plazo
El estudio fue realizado por investigadores de la Universidad Northwestern en Estados Unidos y la Universidad San Raffaele en Italia, quienes reclutaron a 14 participantes adultos jóvenes.
Los participantes fueron asignados aleatoriamente a tres grupos dietéticos diferentes durante tres días consecutivos: uno basado exclusivamente en jugos, otro con jugos más alimentos normales, y un tercero con alimentos integrales de origen vegetal. El estudio incluyó una dieta de eliminación previa y un seguimiento posterior a las intervenciones.
El análisis de las muestras de microbiota, recolectadas antes, durante y después de la intervención, reveló importantes hallazgos sobre los efectos de estas dietas a corto plazo.
Durante la fase de eliminación, que consistió principalmente en frutas orgánicas, verduras, cereales sin gluten y huevos, se observaron cambios en la microbiota de la saliva, reduciendo la cantidad de Firmicutes y aumentando las Proteobacteria, indicativos de posibles alteraciones tempranas asociadas con cambios dietéticos. Sin embargo, no hubo cambios significativos en el microbioma intestinal en esta etapa.
Los resultados más destacados se produjeron después de la intervención con jugos. En el grupo que siguió una dieta exclusivamente de jugos, se observó un aumento significativo de Proteobacteria y una disminución de Firmicutes en la microbiota oral, lo que sugiere una predisposición a la inflamación y enfermedades como la gingivitis.
Estos cambios fueron impulsados por un aumento de bacterias como Comamonadaceae, Aerococcaceae y Flavobacteriaceae. Por otro lado, los participantes que consumieron jugos junto con alimentos integrales experimentaron cambios más moderados, aunque también hubo un aumento de bacterias proinflamatorias.
En la microbiota intestinal, los efectos fueron menos pronunciados, pero el grupo de jugos mostró un aumento de bacterias como Porphyromonadaceae y Rikenellaceae, que se asocian con inflamación y permeabilidad intestinal, lo que podría contribuir a trastornos digestivos y otros problemas de salud a largo plazo.
Los investigadores destacan que se necesita más investigación para comprender mejor cómo estos cambios microbianos pueden influir en la salud general a largo plazo y para evaluar los efectos persistentes de las dietas líquidas en el microbioma.
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