Un estudio descubre conexión del Covid-19 con “enfermedades raras”
Un estudio con IA sugiere que el COVID-19 podría no haber surgido en animales, sino de una fusión de enfermedades humanas raras, desafiando teorías previas.
![Una mujer se realiza la prueba del COVID-19 en Los Ángeles, donde los casos diarios siguen aumentando.](https://laopinion.com/wp-content/uploads/sites/3/2022/01/9097ff71f9dc7242faa865dbcb5c8adb6a4f3cfbw.jpg?resize=480,270&quality=80)
Una mujer se realiza la prueba del COVID-19 en Los Ángeles, donde los casos diarios siguen aumentando. Crédito: ETIENNE LAURENT | EFE
Un nuevo estudio desafía la teoría predominante sobre el origen del COVID-19 al sugerir que el virus podría haberse originado no en murciélagos o pangolines, sino en una inusual fusión de enfermedades humanas. Publicado en la revista Advances in Biomarker Sciences and Technology (ABST), el estudio empleó inteligencia artificial avanzada para analizar los patrones genéticos asociados a la enfermedad.
El equipo de investigadores, liderado por Zhengjun Zhang del Departamento de Estadística de la Universidad de Wisconsin, aplicó un método basado en inteligencia logística máxima para examinar la metilación del ADN en muestras de sangre de pacientes con COVID-19 en etapa temprana. Este enfoque permitió identificar conexiones significativas entre el SARS-CoV-2 y dos enfermedades infecciosas raras: el muermo y la fiebre de Sennetsu. Los hallazgos sugieren que el virus pudo haber surgido de una combinación de estas infecciones con enfermedades humanas comunes, lo que reescribiría la narrativa sobre su origen.
La hipótesis predominante hasta ahora ha señalado a los murciélagos y pangolines como los huéspedes originales del virus antes de su transmisión a humanos. Sin embargo, el nuevo estudio sugiere que los estudios previos pudieron haber sobrestimado la importancia de los reservorios animales y pasado por alto un proceso más complejo. El análisis de los investigadores examinó 865.859 sitios CpG en el ADN, regiones clave en la regulación genética, donde los patrones de metilación pueden revelar pistas sobre la evolución de una enfermedad. La probabilidad de que los vínculos descubiertos fueran producto del azar es extremadamente baja, lo que refuerza la credibilidad del estudio. Según Zhang, las correlaciones aleatorias en este tipo de análisis ocurren con una probabilidad menor a una en diez millones, pero la coincidencia con enfermedades tan específicas reduce las posibilidades a una en cien millones.
El muermo, una infección bacteriana que afecta principalmente a caballos y rara vez a humanos, y la fiebre de Sennetsu, una enfermedad causada por Anaplasma que afecta los glóbulos blancos, no han sido consideradas previamente como factores en el desarrollo del COVID-19. Sin embargo, los investigadores encontraron evidencia genética que sugiere una relación significativa. Este descubrimiento podría tener implicaciones profundas en la comprensión de cómo surgen los virus y en el desarrollo de estrategias de prevención.
El método empleado en el estudio, la inteligencia logística máxima, ya ha sido utilizado en investigaciones sobre biomarcadores del cáncer y se diferencia de otros enfoques de inteligencia artificial en su capacidad para ofrecer resultados más interpretables y consistentes. A diferencia de técnicas como los bosques aleatorios, el aprendizaje profundo o las máquinas de vectores de soporte, este método permite establecer relaciones causales más claras, lo que refuerza su utilidad en investigaciones biomédicas.
Zhang destacó que, aunque el hallazgo es prometedor, se requieren más estudios para validar esta teoría y explorar sus implicaciones. La identificación de biomarcadores confiables ha sido un desafío constante en la ciencia, ya que muchos de ellos no logran replicarse en diferentes poblaciones, lo que limita su aplicabilidad. No obstante, el papel de la metilación del ADN en la expresión genética y el desarrollo de enfermedades es un área de creciente interés, ya que los errores en este proceso pueden desencadenar patologías complejas.
El estudio abre nuevas líneas de investigación sobre los mecanismos de emergencia de los virus y la posibilidad de que otros patógenos hayan seguido rutas similares. Si se confirma que el COVID-19 surgió a partir de la fusión de enfermedades humanas en lugar de un salto zoonótico, sería necesario replantear las estrategias de vigilancia epidemiológica y reconsiderar cómo se monitorean los brotes emergentes en el futuro.
Este hallazgo desafía una de las suposiciones más fundamentales sobre el origen del COVID-19 y podría transformar la forma en que los científicos entienden la evolución viral. Mientras la comunidad científica sigue investigando, este estudio aporta una perspectiva innovadora y plantea nuevas preguntas sobre la interacción entre enfermedades humanas raras y la aparición de pandemias.
Sigue leyendo: