Kristi Noem exige pena de muerte para dos ciudadanos mexicanos acusados de tráfico de personas
La secretaria del Departamento de Seguridad Nacional desea que se establezca la penalidad más severa para quienes trafican con inmigrantes
Kristi Noem afirma que el gobierno no bajará guardia en el combate en contra de los traficantes de inmigrantes. Crédito: Alex Brandon | AP
Kristi Noem, secretaria del Departamento de Seguridad Nacional, exige pena de muerte para dos ciudadanos mexicanos acusados de tráfico de personas y quienes, presuntamente, son responsables de la muerte de tres inmigrantes y de la desaparición de otro siete al momento de tratar de ingresar ilegalmente a territorio estadounidense.
El lunes, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos y las autoridades locales respondieron a una llamada advirtiendo sobre un barco volcado en la costa de San Diego, California.
Al acudir a la zona del siniestro, personal de Control Fronterizo ayudó a algunas de las personas afectadas y, mediante sus testimonios, descubrieron que se trataban de inmigrantes carentes de documentación tratando de ingresar al país.
La información recabada daba cuenta que 14 adultos y dos menores viajaban en la embarcación. Sin embargo, después se descubrió que algunas de estas personas habían perdido la vida, en tanto que otras desaparecieron en el mar.
Por ello, “bajo sospecha de contrabando de extranjeros”, fueron detenidos los mexicanos Julio César Zúñiga Luna, de 30 años; y Jesús Juan Rodríguez Leya, de 36.
Aunque también se logró el arresto de otros tres individuos a ellos sólo se le acusa de complicidad.
Al respecto, Kristi Noem definió a los presuntos traficantes de personas como seres indiferentes a quienes poco les importa el valor de la vida y por ello deben recibir la pena máxima por sus delitos cometidos.
“Frente a la costa sur de California, volcó una lancha operada por ciudadanos mexicanos que intentaban contrabandear a 14 extranjeros a Estados Unidos. Trágicamente, tres personas murieron y siete siguen desaparecidas.
Sus muertes no solo eran evitables, sino que también fueron resultado directo de la codicia y la indiferencia de los contrabandistas que los explotaron. El contrabando marítimo no solo es ilegal, sino un delito violento e inherentemente peligroso.
Quienes, a sabiendas, ponen en grave riesgo vidas humanas para perpetrar estos crímenes deben rendir cuentas plenamente. Instaré al fiscal general a que solicite la pena de muerte en este caso”, advirtió.
Cabe señalar que, al redoblarse la presencia militar en la frontera limítrofe entre Estados Unidos y México, las bandas delictivas dedicadas a introducir a inmigrantes en territorio estadounidense ahora realizan sus operaciones en el mar y durante la noche.
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