Carlos Alcaraz y Jannik Sinner profundizan su rivalidad en la final de Cincinnati
El español eliminó a un Zverev disminuido y ahora busca revancha ante el número uno del mundo

Jannik Sinner y Carlos Alcaraz tras la final de Wimbledon. Crédito: Kirsty Wigglesworth | AP
Carlos Alcaraz volvió a meterse en una final de Masters 1.000, esta vez en Cincinnati, tras derrotar al alemán Alexander Zverev por 6-4 y 6-3. Aunque la victoria se consumó en apenas una hora y 45 minutos, el duelo estuvo marcado por las molestias físicas de Zverev, quien incluso necesitó atención médica en pleno segundo set. “Contento por la final, pero triste por Sascha. Le deseo lo mejor”, escribió el español en la cámara al terminar, consciente de que el rival estaba lejos de su mejor nivel.
Con este triunfo, el murciano alcanzó los 53 partidos ganados en 2025 y dejó atrás a Zverev en la estadística. El alemán llegó a la semifinal con 43 victorias y con ventaja en el historial directo entre ambos, pero su cuerpo no aguantó la exigencia.
Empapado en sudor y visiblemente mareado, apenas pudo resistir algunos juegos en la segunda manga antes de ceder definitivamente.
Una final que ya es un clásico
La victoria coloca a Alcaraz frente al rival que más ha marcado su trayectoria reciente: Jannik Sinner. El italiano, número uno del mundo y vigente campeón en Cincinnati, llega con la confianza de haber cortado en Wimbledon la racha de tres finales perdidas consecutivas frente al español. Antes de ese triunfo en Londres, Alcaraz se había impuesto en Roland Garros, Roma y Pekín.
“Gracias a Sinner saco siempre mi mejor tenis en la pista. Creo que para la gente también es genial ver nuestros partidos”, declaró Alcaraz después de asegurar su pase a la final. El propio murciano reconoció que este nuevo duelo es especial porque le obliga a elevar su nivel: “Estoy listo para asumir el reto, para ver qué cosas hice mal en el último partido e intentar mejorar en ese aspecto el lunes”.
Sinner también llega en un buen momento, luego de imponerse en semifinales al francés Terence Atmore, la gran sorpresa del torneo, por 7-6(4) y 6-2. Con ambos en plenitud, la cita en Cincinnati promete un nuevo capítulo de una rivalidad que ya se ha convertido en una de las más esperadas del tenis actual.
El lunes, cuando salten a la pista, no solo estará en juego un título de Masters 1.000: también la supremacía de una generación que ya domina el circuito.
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