ICE entrena a sus agentes para “redadas de alto riesgo” con técnicas SWAT: los detalles
Actualmente la agencia tiene activos 6,500 agentes de deportación, esperando ampliar el número a 10,000 antes de finalizar el año

La formación de nuevos agentes se realiza en el Centro de Giorgia. Crédito: Jose Luis Magana | AP
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), parte del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), es una de las piezas fundamentales en el plan del presidente Donald Trump para cumplir con su promesa de deportaciones masivas.
Sus oficiales, integrados en la unidad de Operaciones de Deportación y Control de Aduanas (EDC), tienen la misión de localizar y expulsar a personas sin estatus legal en el país, lo que han intentando cumplir al pie de la letra.
Entre los deportados se incluyen quienes han recibido órdenes de un tribunal de inmigración, personas condenadas por ciertos delitos, quienes han entrado repetidamente de manera ilegal o excedido su tiempo de visa.

Una expansión para ampliar las detenciones
ICE también opera una red de centros de detención para inmigrantes sospechosos de violar leyes migratorias. Pero sus acciones dividen opiniones. Para algunos, la agencia protege la seguridad nacional; para otros, sus métodos y el costo humano resultan inaceptables.
Tras años de estabilidad, ICE atraviesa una expansión inédita. El Congreso aprobó un presupuesto de $76,500 millones de dólares, casi diez veces más que el actual. De esa cifra, $30,000 millones de dólares se destinarán a personal.
La agencia cuenta con unos 6,500 agentes de deportación, pero su director interino, Todd Lyons, pretende sumar 10.000 más antes de que acabe el año. Para atraer candidatos, ICE lanzó un portal de reclutamiento, ofrece bonos de hasta $50,000 dólares y participa en ferias de empleo. Lyons aseguró que ya han recibido más de 121,000 solicitudes, muchas de exoficiales.

Los nuevos agentes se forman en el Centro Federal de Capacitación para las Fuerzas del Orden en Brunswick, Georgia. La meta es duplicar instructores y acelerar procesos. Caleb Vitello, responsable del entrenamiento, explicó que se redujeron los requisitos de idioma español para acortar el curso y enviar a los reclutas más rápido a las oficinas de campo.
Además del aumento de personal, ICE fortalece a sus Equipos de Respuesta Especial, similares a unidades SWAT. Estos agentes, vestidos con uniforme de camuflaje y armados, participan en redadas de alto riesgo y acompañan a detenidos considerados peligrosos.
Actualmente, hay unos 450 oficiales especializados que ya han sido desplegados en Los Ángeles, Portland y Washington. Lyons afirmó que desea incrementar estas unidades, mientras Vitello adelantó que están adquiriendo vehículos blindados adicionales.
Con más presupuesto, miles de reclutas en formación y equipos tácticos en crecimiento, ICE se prepara para intensificar su papel en la aplicación de las leyes migratorias.