Seguro Social: las tres maneras en las que puedes perder tus beneficios
Tu cheque del Seguro Social puede reducirse o detenerse por alguna de estas tres causas principales: cómo proteger tus beneficios de jubilación

El Seguro Social no es un beneficio de gobierno que no pueda cambiar, por el contrario, incluso te lo podrían quitar. Crédito: Shutterstock
El Seguro Social es una fuente clave de ingresos para millones de jubilados en Estados Unidos. Actualmente, el beneficio mensual promedio para trabajadores retirados ronda los $2,000 dólares. Para muchos, este pago representa su ingreso principal durante la jubilación. Por eso, es fundamental entender que sí existen formas en que tus beneficios pueden reducirse o incluso detenerse.
Aunque el Seguro Social se percibe como un derecho ganado, ciertos cambios en tu situación personal o financiera pueden afectar negativamente los pagos mensuales. Aquí te explicamos las tres razones principales por las que podrías perder parte o todo tu beneficio.
1. Trabajar antes de la edad plena de jubilación
Si decides comenzar a cobrar el Seguro Social antes de tu edad plena de jubilación y continúas trabajando, tu ingreso puede afectar lo que recibes. En 2025, los beneficiarios menores de esa edad pueden ganar hasta $22,560 dólares por año sin penalización. Si superas ese límite, la Administración del Seguro Social (SSA) reducirá $1 por cada $2 dólares que ganes de más.
En el año en que alcanzas la edad plena, el límite aumenta a $59,520 dólares y la reducción cambia a $1 por cada $3 dólares excedente, pero solo hasta el mes en que cumples la edad requerida. Una vez alcanzada, no hay límite de ingresos y puedes trabajar sin que eso afecte tu beneficio.
Aunque esta reducción no es permanente, sí puede afectar tus finanzas a corto plazo. Es importante planificar tu retiro considerando cuándo empezarás a cobrar y si seguirás generando ingresos laborales.
2. Embargos o impuestos que reducen tu cheque
Aunque los beneficios del Seguro Social están protegidos en la mayoría de los casos, hay situaciones donde pueden ser retenidos o reducidos. Algunas de las más comunes son:
- Deudas federales: si debes impuestos al IRS, préstamos estudiantiles federales o manutención infantil, el gobierno puede embargar una parte de tus beneficios para saldar esas deudas.
- Impuestos sobre tus beneficios: dependiendo de tus ingresos totales, hasta el 85% de tu cheque puede ser sujeto a impuestos. Esto no es una pérdida directa, pero sí reduce lo que realmente recibes.
Estos factores pueden impactar significativamente tu ingreso neto mensual. Conviene revisar tu situación fiscal y buscar asesoría financiera si estás cerca de la jubilación.
3. Cambios en la elegibilidad o estado civil
Algunas personas reciben beneficios del Seguro Social como cónyuge, exesposo(a) o sobreviviente. En estos casos, cambios en el estado civil pueden afectar la elegibilidad. Por ejemplo:
- Si te vuelves a casar antes de los 60 años siendo beneficiario por viudez, puedes perder ese beneficio.
- Si un hijo que recibía beneficios por ser dependiente alcanza la mayoría de edad, se suspende su pago.
No responder a solicitudes de verificación por parte del Seguro Social también puede provocar la suspensión temporal de tus pagos.
Si resides fuera de EE.UU., el lugar donde vivas y tu estatus migratorio podrían limitar o suspender tus beneficios.
Es clave mantener actualizada tu información con la Administración del Seguro Social y responder a cualquier requerimiento para evitar interrupciones.
¿Cómo proteger tu ingreso en la jubilación?
Dado que el Seguro Social puede enfrentar reducciones o ajustes, muchas personas buscan formas de complementar ese ingreso. Algunas opciones incluyen:
- Comprar una anualidad, que proporciona pagos garantizados mensuales, sin depender de cambios en la ley o el mercado.
- Solicitar una hipoteca inversa, si eres dueño de tu casa y tienes más de 62 años.
- Diversificar tus fuentes de ingreso, combinando ahorros, inversiones y cuentas de alto rendimiento.
Entender los riesgos que pueden reducir tus beneficios te ayuda a anticiparte. Tener un plan financiero sólido es clave para que disfrutes de una jubilación tranquila, sin sobresaltos ni sorpresas.
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