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Toyota y Honda evalúan llevar modelos de EE.UU. a Japón

Las automotrices japonesas estudian la posibilidad de introducir en su propio mercado modelos fabricados en EE.UU., como una respuesta a la presión arancelaria

Vienen sorpresas con el Toyota Corolla 2026

Vienen sorpresas con el Toyota Corolla 2026. Crédito: Toyota. Credit: Cortesía

El mercado automotor japonés siempre se ha caracterizado por su singularidad. Mientras en Estados Unidos reinan las pickups y SUVs de gran tamaño, en Japón el dominio absoluto pertenece a los compactos y, en particular, a los kei cars, esos diminutos vehículos diseñados para moverse sin problemas en las calles estrechas de sus ciudades.

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Sin embargo, la dinámica internacional podría cambiar ese panorama. Marcas emblemáticas como Toyota y Honda consideran seriamente la idea de vender en Japón modelos que hoy solo se producen y comercializan en Estados Unidos.

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La iniciativa responde a un nuevo escenario en las relaciones bilaterales, donde los aranceles y los compromisos comerciales influyen directamente en las decisiones estratégicas de las compañías.

La presión arancelaria de EE.UU. como detonante

El origen de esta posible apertura está en la política comercial estadounidense. Bajo el gobierno de Donald Trump, Japón enfrentó una presión constante relacionada con el comercio automotor.

Aunque logró negociar una reducción de impuestos para los vehículos japoneses exportados a Estados Unidos, ahora el país asiático se ve en la necesidad de dar pasos que equilibren la balanza.

Entre las propuestas surgidas está la exportación de modelos fabricados en plantas estadounidenses hacia Japón. De esta forma, las marcas japonesas no solo aliviarían tensiones, sino que también reforzarían el mensaje de reciprocidad en un sector vital para ambas economías.

Un mercado difícil para los vehículos grandes

El desafío está en el terreno cultural y práctico. Las calles japonesas fueron diseñadas para la movilidad compacta y las regulaciones impulsaron durante décadas el desarrollo de los kei cars como la solución nacional.

Estos autos ofrecen ventajas fiscales y de estacionamiento, lo que los convierte en la opción lógica para millones de conductores.

Frente a ello, introducir modelos como la Toyota Tundra o la Honda Ridgeline, fabricados en Estados Unidos y pensados para carreteras amplias y estilos de vida distintos, plantea una incógnita: ¿Hay realmente espacio para estos vehículos en Japón?

Aunque en zonas urbanas su adopción parece difícil, existe un nicho creciente que podría resultar atractivo. El auge de los viajes en carretera y la moda del “auto camping” han creado un interés especial por camionetas y SUVs capaces de transportar familias, equipaje y hasta equipos de aventura. En ese segmento, los modelos fabricados en Estados Unidos podrían tener cabida.

Honda ZR-V 2026
Honda ZR-V 2026. Crédito: Honda.
Credit: Cortesía

Voces a favor y en contra

El debate ya está sobre la mesa en la industria japonesa. Akio Toyoda, presidente de Toyota Motor, aseguró que la compañía está abierta a explorar la idea de importar algunos de sus vehículos más grandes producidos en Estados Unidos.

Esa declaración refleja un cambio de mentalidad en una empresa históricamente muy selectiva con los modelos que llegan a su mercado local.

Por su parte, Masanori Katayama, presidente de la Asociación de Fabricantes de Automóviles de Japón, consideró que la estrategia es viable siempre que exista un interés genuino del consumidor. “Si hay vehículos que son atractivos para los consumidores, no es mala idea en lo absoluto”, declaró en entrevista con Nikkei Asia.

En un análisis más técnico, Yoshiaki Kawano, experto de S&P Global Mobility, advirtió que el reto no es menor. Los costos de producción en Estados Unidos y las fluctuaciones del tipo de cambio provocarían que estos modelos lleguen a Japón con precios altos. Según Kawano, es probable que se ubiquen en un rango premium, un espacio donde ya compiten marcas extranjeras como Ford o Mercedes-Benz en el mercado japonés.

Toyota Corolla 2025
Toyota Corolla 2025. Crédito: Toyota.
Credit: Cortesía

Una oportunidad para diversificar la oferta

Si bien la idea aún está en fase de evaluación, la llegada de pickups y SUVs desde Estados Unidos podría aportar diversidad a la oferta japonesa. No se trataría de reemplazar a los kei cars, que seguirán siendo esenciales para la movilidad urbana, sino de complementar con opciones dirigidas a clientes que buscan experiencias diferentes.

De hecho, en los últimos años ha crecido un grupo de consumidores japoneses interesados en importar directamente modelos grandes a través de canales privados.

La tendencia indica que existe un público dispuesto a pagar más por acceder a vehículos que no se fabrican localmente. La estrategia de Toyota y Honda, en este sentido, permitiría formalizar y ampliar ese mercado.

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