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Supermercado cada vez más caro: tres razones detrás de los altos precios

Los precios de los alimentos han subido considerablemente en los últimos meses en EE.UU., especialmente por tres aspectos que han afectado sus costos

Alimentos de supermercado cada vez más caro

Hacer el denominado "súper" en los Estados Unidos es cada vez más costoso para los hogares. Credit: Shutterstock

Hoy en día, las compras en el supermercado se han convertido en una tarea cada vez más costosa para los consumidores. En particular, los hogares de Estados Unidos están experimentando un incremento significativo en sus cuentas de alimentos. Desde el aumento de los precios de productos básicos hasta la necesidad de ajustarse a presupuestos más ajustados, las razones de este fenómeno son diversas. En esta ocasión exploramos tres factores claves que explican por qué los precios en los supermercados están en ascenso.

1. Aranceles comerciales y la “inflación oculta”

Uno de los principales motores del aumento de precios en los supermercados es la política de aranceles implementada durante la administración Trump.

Estos aranceles han afectado especialmente a productos importados de países como Brasil, que exporta cerca del 35% del café consumido en EE.UU. Estos aranceles, que llegan hasta un 50%, han disparado los precios de productos como el café, que, según el índice de precios al consumidor, subió un 21% en agosto de este año en comparación con el mismo mes de 2024.

Phil Lempert, un conocido analista de la industria alimentaria, explicó que muchas empresas comenzaron a aumentar los precios incluso antes de que los aranceles se implementaran en su totalidad.

“Lo que están buscando es protegerse. Las grandes empresas alimentarias deben informar a sus accionistas sobre los márgenes de ganancia”, señaló Lempert en una entrevista con CBS News.

Además, algunas compañías han recurrido a una estrategia denominada “shrinkflation”, o inflación encubierta. Esto ocurre cuando las marcas venden el mismo producto a un precio similar, pero con menos cantidad. De esta forma, las empresas intentan mantener los márgenes de ganancia sin que los consumidores perciban una subida directa en el precio.

2. Cambio climático y la producción agrícola

Otro factor crucial que impulsa el aumento de los precios es el cambio climático. Las alteraciones en los patrones climáticos han dificultado el cultivo de frutas y verduras en diversas zonas de Estados Unidos, lo que ha obligado a las empresas a trasladar la producción a países de Centro y América Latina.

“No podemos cultivar nuestros alimentos donde solíamos hacerlo”, comentó Lempert, destacando que las temperaturas extremas y las condiciones climáticas impredecibles están afectando la capacidad de los agricultores nacionales.

Este cambio de ubicación no solo incrementa los costos de producción, sino también los de transporte, lo que impacta directamente en el precio final que los consumidores pagan en las tiendas.

Los cultivos más afectados incluyen productos frescos como tomates, lechugas y frutas, cuyos precios han experimentado un alza considerable.

3. La escasez de trabajadores agrícolas

El tercer factor que contribuye a la inflación de los precios de los alimentos es la escasez de mano de obra en la agricultura, una consecuencia de las políticas migratorias de la administración Trump.

Las redadas laborales y la creciente dificultad de contratar trabajadores migrantes han afectado la producción en el campo. Este déficit de mano de obra ha llevado a las empresas agrícolas a pagar salarios más altos, lo cual se traduce en un aumento de los costos de producción.

El interés por los trabajos en el sector agrícola ha disminuido en los últimos años, lo que agrava aún más la situación. Lempert señala que esta escasez de trabajadores, sumada a las dificultades climáticas, está provocando un desajuste en la cadena de suministro de alimentos.

¿Cómo enfrentan los consumidores el aumento de precios?

Ante estos altos precios, los consumidores están adoptando diferentes estrategias. Muchos optan por productos de marca propia en lugar de marcas reconocidas, buscando ahorrar unos cuantos dólares en cada compra. Otros se han volcado a los clubes de compras como Costco, donde los alimentos estables, como arroz y pastas, se compran a granel, lo que permite aprovechar los descuentos por volumen.

A pesar de las dificultades, Lempert sugiere que una buena planificación puede ayudar a los consumidores a reducir su factura de supermercado.

“Lo número uno que la gente debe hacer si quiere ahorrar dinero es dejar de desperdiciar comida“, recomienda.

Según estudios, el 40% de los alimentos en Estados Unidos se desperdician, una cifra alarmante que podría reducirse si las personas fueran más conscientes de sus hábitos de consumo, como utilizar las sobras o congelar alimentos para evitar que se echen a perder.

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