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Veteranos sin ciudadanía expresan temor a ser deportados en medio de las redadas en EE.UU.

Tienen una organización que se desempeña como un espacio de apoyo y asesoría para apoyar a sus colegas en una situación similar

Beneficios a los veteranos

Los veteranos sin ciudadanía también pueden enfrentar la deportación. Crédito: Shutterstock | Shutterstock

El exmilitar estadounidense Bariu recordó los momentos más difíciles tras haber sido detenido durante un año y posteriormente deportado a Kenia. A su regreso, enfrentó un panorama sombrío: la depresión, la falta de oportunidades laborales y el temor constante de vivir en un entorno inseguro.

Bariu explicó que su residencia estaba en una región con fuerte presencia del grupo extremista Al-Shabaab. En ese contexto, reconoció que evitó revelar su pasado militar en Estados Unidos por miedo a represalias. “No quería arriesgarme a poner mi vida en peligro”, relató en entrevista.

El veterano señaló que su caso refleja una realidad preocupante. “El gobierno de Estados Unidos está deportando a veteranos a entornos hostiles”, denunció. La declaración alimenta el debate sobre las consecuencias que enfrentan exmilitares que, tras servir en el ejército, terminan enfrentando la deportación.

Retorno a Estados Unidos y programa especial

La situación de Bariu dio un giro cuando logró acogerse a un programa impulsado durante el gobierno de Joe Biden. La iniciativa buscó facilitar que veteranos deportados pudieran solicitar la ciudadanía estadounidense y regresar al país donde prestaron servicio militar en las fuerzas armadas.

Gracias a ese mecanismo, Bariu pudo volver a Estados Unidos y rehacer su vida. Actualmente participa activamente en la dirección de una organización creada para apoyar a quienes atraviesan experiencias similares: los Veteranos Negros Deportados de Estados Unidos, que agrupa a exmilitares en condiciones vulnerables.

La organización surgió como un espacio de apoyo y asesoría. Su misión es ayudar a excombatientes deportados a reconectarse con sus derechos, acceder a representación legal y recibir orientación práctica para solicitar los beneficios que les corresponden por haber servido en el ejército.

Entre sus actividades principales destacan reuniones virtuales semanales a través de la plataforma Zoom. En estos encuentros participan veteranos deportados desde distintos países del mundo. Los espacios funcionan como redes de acompañamiento y puntos de contacto con especialistas legales en migración.

Además, durante las sesiones se comparten experiencias personales y se ofrecen consejos prácticos sobre trámites, acceso a beneficios médicos y procesos de ciudadanía. Los organizadores destacan que, más allá de la asesoría legal, los encuentros se convierten en espacios de apoyo emocional.

Los miembros de la organización subrayan que el objetivo no solo es orientar a veteranos en su lucha burocrática, sino también reforzar lazos comunitarios y acompañarse en los desafíos cotidianos. “Nos animamos mutuamente a seguir adelante”, enfatizó Bariu sobre el espíritu del grupo.

El caso de Bariu refleja el impacto humano de las políticas migratorias en veteranos de guerra. Su retorno a Estados Unidos, tras años de incertidumbre y peligro, se convierte en símbolo de resiliencia y en un llamado a revisar cómo se trata a quienes sirvieron al país.

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