¿Cuándo es recomendable una artroscopia?: técnica, recomendaciones médicas y recuperación
Es un procedimiento quirúrgico diseñado para observar y tratar lesiones dentro de las articulaciones sin la necesidad de realizar una incisión amplia

Gavi, centrocampista del FC Barcelona, sometido a artroscopia. Crédito: JEON HEON-KYUN | EFE
La operación por artroscopia vuelve a portadas de los medios de comunicación tras conocerse de la nueva lesión de rodilla de Pablo Pérez Gavira, conocido como “Gavi”, centrocampista del FC Barcelona, que lo dejará fuera de las canchas de futbol por al menos otros 5 meses.
Primero, por la resonancia del nombre, una de las mayores promesas del balompié mundial, y después por la característica de la lesión. Recordemos que Gavi sufrió anteriormente una grave lesión que lo mantuvo alejado de las canchas durante 348 días. La persistencia de las molestias en el menisco interno de su rodilla derecha, a pesar de un primer tratamiento conservador, llevó a los servicios médicos del Barcelona y al propio jugador a considerar ir al quirófano.
Los medios deportivos españoles informaron que, luego de la intervención por artroscopia, estará en el “dique seco” por lo menos la mitad de la temporada.
Definición y ventajas de la artroscopia
La artroscopia es un procedimiento quirúrgico diseñado para observar y tratar lesiones dentro de las articulaciones sin la necesidad de realizar una incisión amplia. Esta técnica es reconocida por ser mínimamente invasiva, lo que conlleva una recuperación más rápida y un menor riesgo de complicaciones en comparación con las cirugías tradicionales.
Según la Clínica Universidad de Navarra, la incidencia de infecciones se reduce hasta en un 50%.
La recuperación tras una artroscopia incluye un plan de rehabilitación que es crucial para la cicatrización de los tejidos y la restauración completa de la funcionalidad articular. Se enfatiza la importancia de seguir este proceso para asegurar un regreso exitoso al deporte.
Indicaciones para realizar una artroscopia
Las principales razones para llevar a cabo una artroscopia incluyen:
- Lesiones de ligamentos
- Lesiones de menisco
- Lesiones del cartílago articular
- Sinovitis crónica
- Rigidez de la articulación
- Fracturas
- Bursitis
- Presencia de cuerpos libres intraarticulares
Esta intervención quirúrgica ha tomado tanta relevancia que la National Library of Medicine (NIH) ha compilado una publicación en los que refiere los 50 estudios más citados sobre artroscopia de rodilla.
Equipamiento y anestesia
El sistema para realizar artroscopia utiliza cámaras de video diminutas e instrumentos de pequeño calibre, diseñados específicamente para minimizar el daño a las articulaciones.
Las opciones de anestesia pueden variar desde regional hasta general o local, dependiendo de la situación del paciente.
Riesgos y complicaciones más comunes
Los riesgos y complicaciones más comunes de la artroscopia incluyen:
- Edema preauricular y parafaríngeo, dolor postoperatorio y reducción de la apertura de la boca, especialmente en artroscopia de la articulación temporomandibular.
- Hemorragia intraarticular o en el compartimento articular, hemartrosis (acumulo de sangre dentro de la articulación) y hematomas subcutáneos.
- Daño a nervios (como el nervio facial, auriculotemporal o la rama infrarrotuliana del nervio safeno) y vasos sanguíneos, lo que puede causar paresia temporal, hipoestesia o lesiones vasculares.
- Infecciones, aunque menos comunes que en cirugías abiertas.
- Daño al cartílago articular, meniscos o ligamentos debido a la manipulación con instrumental.
- Coágulos de sangre (trombosis venosa profunda) que pueden formarse en las piernas o pulmones, especialmente si el procedimiento dura más de una hora.
- Rigidez articular postoperatoria.
Además, la mayoría de las complicaciones graves suelen estar relacionadas con la curva de aprendizaje del cirujano y técnicas, y son relativamente raras cuando el procedimiento es realizado por cirujanos expertos.
Es importante que los pacientes sean informados sobre estas posibles complicaciones antes de la cirugía.
¿Artroscopia o tratamiento conservador?
Para determinar si un paciente necesita una artroscopia en lugar de un tratamiento conservador se toman en cuenta varios criterios clínicos y diagnósticos. En general, se considera la artroscopia cuando:
- El paciente presenta síntomas persistentes o incapacitantes que no mejoran tras un tratamiento conservador adecuado por un periodo mínimo, que suele ser de 6 semanas a varios meses dependiendo de la articulación y la patología.
- Hay evidencias clínicas y por estudios imagenológicos (radiografías, resonancia magnética) de lesiones estructurales que pueden beneficiarse de corrección quirúrgica, como meniscos rotos, ligamentos dañados, cuerpos libres articulares, inflamación crónica o fracturas intraarticulares.
- En algunos casos, la artroscopia se indica cuando hay signos de daño progresivo, como en pacientes con síndrome femoroacetabular o inestabilidad recurrente, que no responden al manejo conservador y el dolor limita la función diaria.
- Se evalúan factores predictivos de buen pronóstico quirúrgico, descartando pacientes con degeneración artrósica avanzada o condiciones que no mejoran con cirugía de artroscopia, para evitar intervenciones innecesarias o poco exitosas.
El tratamiento conservador incluye reposo, fisioterapia, medicamentos antiinflamatorios y otras terapias no invasivas, y se prefiere inicialmente para la mayoría de lesiones articulares menores o sin signos de daño estructural importante. La decisión final se basa en la evolución clínica, hallazgos radiológicos y la valoración del riesgo-beneficio individual de la cirugía de artroscopia versus continuar tratamiento conservador.
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