Incógnita: Elon Musk y su arriesgado plan con el Cybertruck
Las ventas están lejos de las metas iniciales y, ante los patios llenos de unidades sin comprador, Musk habría ideado una jugada interna para mover inventario

Tesla Cybertruck Elongation, en homenaje a Elon Musk. Crédito: Mansory. Crédito: Cortesía
Cuando Tesla presentó el Cybertruck, prometía una revolución. La pick-up futurista, hecha de acero inoxidable y con diseño de líneas angulosas, debía marcar el inicio de una nueva era para los vehículos eléctricos de trabajo.
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Sin embargo, tres años después de su lanzamiento, el panorama es muy distinto: el modelo estrella de Elon Musk se ha convertido en una pesada carga para la marca.
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Los concesionarios tienen más unidades de las que pueden colocar, y las cifras de venta confirman lo que parecía impensable: el Cybertruck podría ser el primer gran tropiezo comercial en la historia de Tesla. Frente a esta situación, Musk habría optado por una maniobra poco convencional: redirigir cientos de vehículos a sus propias empresas, como SpaceX y xAI, para aliviar la acumulación de inventario.
Un ícono que no convenció al público
El Cybertruck nació rodeado de expectación. Musk hablaba de un vehículo “indestructible”, con capacidades todoterreno y una estética que parecía salida de una película de ciencia ficción. Pero el entusiasmo inicial no se tradujo en ventas sostenidas.
De acuerdo con reportes de medios europeos, Tesla apenas consiguió vender unas 16,000 unidades del Cybertruck durante 2025, muy por debajo de las 250,000 que el propio Musk había proyectado. La planta que debía operar a toda capacidad apenas utiliza un 10 % de su potencial productivo, un dato que resume el alcance del problema.
La caída también se refleja en el desempeño trimestral: en el segundo trimestre del año, las ventas fueron de 4,306 unidades, una reducción del 50,8 % en comparación con el mismo periodo de 2024.
Aunque en el tercer trimestre hubo un ligero repunte hasta las 5,385 unidades, el aumento se explica más por la urgencia de algunos compradores antes de la eliminación del crédito fiscal federal de $7,500 dólares que por un verdadero resurgimiento del interés.
Este rendimiento deja al Cybertruck relegado al tercer puesto entre las camionetas eléctricas más vendidas en Estados Unidos, detrás de la Ford F-150 Lightning y la GMC Hummer EV. Para una marca acostumbrada a liderar todos los segmentos eléctricos, el golpe es significativo.

El plan de Musk: venderse a sí mismo
Frente a la acumulación de stock, Musk habría optado por una estrategia tan audaz como polémica. En los últimos meses, se ha visto una inusual cantidad de Cybertrucks siendo entregados en las instalaciones de SpaceX y xAI, dos de las empresas del magnate.
Testigos aseguran que camiones completos con las futuristas pick-ups fueron descargados en la sede de xAI durante un fin de semana reciente, mientras que en la base espacial de SpaceX, en Texas, también aparecieron decenas de unidades nuevas.
El movimiento genera sospechas entre analistas, que interpretan la operación como un intento de inflar artificialmente las cifras de venta, mostrando una aparente mejora en las matriculaciones mientras se vacían discretamente los estacionamientos abarrotados.
Más allá del impacto contable, la maniobra podría servirle a Musk para ganar tiempo: aliviar la presión de los inversionistas y evitar que los medios hablen abiertamente de un fracaso comercial rotundo. Sin embargo, la estrategia no resuelve los problemas estructurales que enfrenta el Cybertruck.
Diseño polémico y precio desorbitado
La camioneta de Tesla fue concebida para romper esquemas, pero terminó dividiendo al público. Su carrocería de acero inoxidable sin pintura, con aristas filosas y aspecto minimalista, genera tanto admiración como rechazo.
En un mercado donde las camionetas tradicionales dominan por su robustez y practicidad, el Cybertruck parece más una excentricidad que una herramienta de trabajo.

El precio tampoco ayuda. Con un valor base que ronda los $80,000 dólares, y versiones que superan los $100,000 dólares, la pick-up de Tesla se posiciona en un terreno dominado por clientes de alto poder adquisitivo, más interesados en la exclusividad que en la funcionalidad.
Esto ha limitado su alcance a un nicho muy reducido, alejado del consumidor promedio estadounidense, que prefiere opciones más convencionales y asequibles como la Ford F-150 Lightning o la Chevrolet Silverado EV.
A los problemas de percepción se suman las fallas técnicas. Desde sus primeras entregas, los usuarios reportaron oxidación en la carrocería, fallos de software, ruidos en la suspensión y problemas con el sistema de dirección. Tesla ha intentado responder con actualizaciones remotas y retiradas técnicas, pero el daño reputacional ya está hecho.
Los foros de propietarios están llenos de testimonios decepcionados. Muchos destacan la diferencia entre lo prometido y lo entregado, un patrón que empieza a repetirse con preocupante frecuencia en algunos productos de Tesla.
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