window._taboola = window._taboola || []; var taboola_id = 'mycodeimpremedia-laopinion'; _taboola.push({article:'auto'}); !function (e, f, u, i) { if (!document.getElementById(i)){ e.async = 1; e.src = u; e.id = i; f.parentNode.insertBefore(e, f); } }(document.createElement('script'), document.getElementsByTagName('script')[0], '//cdn.taboola.com/libtrc/'+ taboola_id +'/loader.js', 'tb_loader_script'); if(window.performance && typeof window.performance.mark == 'function') {window.performance.mark('tbl_ic');}

La IA es contraria a la felicidad, opina neurocientífico: “Nos roba la atención que merecen las personas que nos rodean”

Los teléfonos móviles, las redes sociales, la inteligencia artificial y la tecnología en general reducen cada día más la interacción humana

La IA es contraria a la felicidad, opina neurocientífico: "Nos roba la atención que merecen las personas que nos rodean"

¿Hasta dónde la IA y la tecnología invaden nuestra privacidad? Crédito: DC Studio | Shutterstock

Antonio Damasio, un prominente neurocientífico, se ha dedicado a entender la relación entre las emociones y la felicidad. En una reciente entrevista concedida a EFE Salud argumenta que la inteligencia artificial representa un grave peligro para la felicidad de las personas.

Destaca que los teléfonos móviles distraen nuestra atención y reducen la interacción humana. Esto afecta nuestra capacidad de empatizar y reconocer las necesidades de los demás, aspectos fundamentales para alcanzar la felicidad.

“Los móviles tienen el poder de consumir nuestra atención, de hacer que dejemos de mirar a las personas que nos rodean y de sentir curiosidad por ellas. Es lo contrario a la felicidad, que parte de la base del reconocimiento al otro”, afirma el director del Instituto del Cerebro y la Creatividad de la Universidad del Sur de California y autor del libro Inteligencia natural y la lógica de la consciencia (Editorial Destino).

“Estamos todo el día pendientes de nuestros dispositivos y sus aplicaciones porque, aparentemente, nos hacen la vida más cómoda. El problema es que dejamos de prestar atención a las personas y a la realidad que nos rodea. Y nuestra felicidad depende precisamente de eso, de empatizar con los demás”, enfatiza.

Describe como “terrible” la habitual imagen en lugares públicos de “personas, especialmente de jóvenes, totalmente poseídos por sus móviles, que caminan o comen mirando a ellos y no a otros seres humanos”.

“Ser feliz depende de todo lo contrario: de mirarnos los unos a los otros y tratar de entendernos”, asegura el investigador portugués.

Conexión entre emociones y decisiones

El científico ha revolucionado la comprensión de cómo las emociones influyen en nuestras decisiones. Explica que las emociones, lejos de ser primitivas, son esenciales para un funcionamiento racional y equilibrado de la mente.

Damasio aclara la distinción entre emociones y sentimientos, lo que resulta crucial para entender su papel en el comportamiento humano. Mientras las emociones se expresan externamente, los sentimientos son experiencias internas y privadas.

Considera que los males que aquejan al mundo actual (belicismo, intolerancia, o individualismo) tienen mucho que ver “con un déficit de buenos sentimientos”.

“Vivimos tiempos de falta de buenos sentimientos hacia los demás, hacia la comprensión del otro. Para que el mundo funcione mejor necesitamos esforzarnos por cultivar esos buenos sentimientos, que implican reconocer a otros seres humanos, comprender que están vivos, que tienen sus necesidades, sus derechos”, confiesa Damasio a EFE.

Consciencia como vínculo esencial

El investigador aborda la consciencia como un mecanismo que une nuestros estados físicos y emocionales. Considera que nuestra capacidad de conectarnos con otros seres humanos es un componente vital del bienestar.

A la vez, identifica los sentimientos homeostáticos como guías que nos permiten encontrar el equilibrio. A través de estos, no solo cuidamos de nosotros mismos, sino que también podemos preocuparnos por el bienestar de los demás.

Perspectiva sobre una IA consciente

Finalmente, Damasio comparte sus reservas sobre la posibilidad de que la inteligencia artificial desarrolle consciencia. Argumenta que, incluso si esto ocurriera, carecería de la base emocional que caracteriza a la experiencia humana.

Concluye que, aunque la inteligencia artificial puede imitar aspectos humanos, su falta de sentimientos profundos la distingue de la verdadera consciencia y, por ende, de la comprensión plena del mundo humano.

Fomentar la empatía en la era digital

En el sentido de las reflexiones dejadas por el neurocientífico, conviene comprometernos a fomentar la empatía en la era digital, pese al uso de dispositivos móviles, de forma que se equilibren las interacciones cara a cara con herramientas tecnológicas conscientes, priorizando límites claros y actividades offline.

Estrategias digitales positivas. Utilice realidad virtual para simular perspectivas ajenas, fomentando comprensión emocional a distancia. En redes sociales, promueva escucha activa, preguntas genuinas y contenidos positivos que validen emociones diversas, evitando interacciones superficiales.

Límites al uso de móviles. Establezca momentos sin pantallas para cultivar tolerancia a la frustración y regulación emocional en la vida real, ya que los dispositivos pueden reducir señales no verbales esenciales para la empatía. Los adultos deben modelar este comportamiento, desconectando durante comidas familiares o paseos.

Actividades offline y juegos. Juegos de roles con disfraces o cartas de emociones ayudan a niños y adultos a identificar sentimientos ajenos mediante práctica divertida. Reflexione sobre situaciones hipotéticas como “¿Te gustaría si te pasara a ti?”, para sensibilizar ante daños online.

También te puede interesar:

En esta nota

felicidad humanos Inteligencia artificial redes sociales Tecnología
Contenido Patrocinado