Australianos tomaron la bandera: ¿es hora de que también en EE.UU. se prohíban las redes sociales para menores?
Investigaciones recientes demuestran que las redes sociales han contribuido al deterioro de la salud mental de los adolescentes en las últimas dos décadas
Adolescentes inmersos en sus pantallas. Crédito: AYO Production | Shutterstock
El 10 de diciembre, Australia se convirtió en el primer país en prohibir el acceso a plataformas de redes sociales para menores de 16 años, incluyendo aplicaciones populares como TikTok, Instagram y Facebook. Esta medida ha suscitado un amplio debate sobre la salud mental de los jóvenes y el impacto de las redes sociales.
Esta disposición ha traído cola y en otras partes del mundo autoridades gubernamentales debaten si tomar el mismo rumbo antes que sea muy tarde y las nuevas generaciones lo paguen. Aún no se ha llegado al punto de no retorno.
Si los padres fuera de Australia adoptan las mismas reglas, nuestros hijos nos lo agradecerán más tarde, adelantan expertos en comunicación a la cadena CNN.
Salud de los menores en riesgo
Investigaciones recientes demuestran que las redes sociales han contribuido al deterioro de la salud mental de los adolescentes en las últimas dos décadas. Problemas como insomnio, adicción y acoso están asociados con su uso.
Estudios revelan que muchos adolescentes son conscientes de la naturaleza dañina de las redes sociales, pero temen perder oportunidades sociales. Sin embargo, si los padres unificaran sus esfuerzos para restringir el uso, podrían aliviar esta presión.
Expertos señalan que, aunque en el momento sus hijos se molesten por la decisión, a la larga podría ayudarlos a vivir el momento presente, para que se sientan cómodos con sus emociones y presten atención a su entorno en lugar de recurrir a una pantalla cada vez que tengan un pensamiento incómodo o un segundo libre.
Alternativas a las redes sociales
La eliminación de redes sociales podría fomentar formas más saludables de interacción, como el contacto cara a cara y el empleo de teléfonos convencionales para la comunicación.
Esta nueva política no solo podría mejorar las relaciones interpersonales de los jóvenes, sino que también favorecería su salud física y mental, brindándoles más tiempo para hacer ejercicio y mejorar su calidad de sueño.
Desafíos para los padres
Los padres pueden enfrentarse a quejas y descontento a corto plazo, pero es esencial recordar que las decisiones difíciles en la crianza suelen tener beneficios a largo plazo, similar a otras restricciones impuestas en la infancia.
Por último, se alienta a los padres a dialogar y colaborar con otros padres para crear un entorno social donde las restricciones a las redes sociales sean la norma, reduciendo así la presión sobre los adolescentes.
Establecer límites sin generar conflicto
Los padres pueden establecer límites efectivos en el uso de redes sociales involucrando a los hijos en la creación de reglas claras y adaptadas a su edad, lo que reduce resistencias. Modelar un uso responsable propio y fomentar comunicación abierta ayuda a evitar conflictos. Usar herramientas tecnológicas como controles parentales facilita el cumplimiento sin confrontaciones constantes.
Comunicación abierta. Hablar con los niños sobre riesgos y beneficios de las redes sociales, como algoritmos adictivos o estafas, genera comprensión mutua. Involucrarlos en definir horarios y límites, como no usar dispositivos durante comidas o antes de dormir, fortalece el acuerdo familiar. Realizar evaluaciones periódicas de apps y cuentas mantiene el diálogo constructivo.
Reglas prácticas. Establecer horarios específicos de uso y límites diarios, como 1-2 horas, previene interferencias en tareas o sueño. Crear zonas libres de pantallas en comedor o dormitorios promueve interacción familiar. Prohibir acceso en momentos clave, como una hora antes de acostarse, y acordar consecuencias claras refuerza el respeto.
Estrategias:
- Modelar comportamiento: Limitar el propio tiempo de pantalla para ser ejemplo.
- Fomentar alternativas: Promover hobbies offline, juegos familiares o actividades al aire libre.
- Recompensar cumplimiento: Reconocer buen comportamiento con incentivos positivos.
- Usar tecnología: Implementar controles parentales para monitoreo y bloqueo de contenido inapropiado.
Otros países que consideran la prohibición
Varios países observan la medida de prohibición implementada por Australia para menores de 16 años en redes sociales, efectiva desde este diciembre, para proteger la salud mental de los jóvenes.
Países interesados. Malasia busca replicar la prohibición para limitar riesgos similares en sus menores. La Comisión Europea evalúa acciones comparables a nivel continental.
Razones principales. Expertos en España, como psiquiatras, urgen imitar a Australia ante el aumento de trastornos mentales ligado a redes sociales, donde el 70% de jóvenes enfrenta contenidos perjudiciales. Psicólogos destacan la falta de madurez en menores para manejar plataformas.
Posibles expansiones. Países como Francia y Reino Unido ya tienen restricciones parciales y podrían endurecerlas, inspirados en los resultados australianos pendientes de evaluación. Medios globales señalan interés en América Latina por protección infantil.
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